Quizá la
bebida alcohólica más antigua y sofisticada, la que más polémicas
desata, es el vino. Aquí, un poeta venezolano, viejo devoto de Dioniso,
hace un perfil del amado caldo.
A Erin y Jean-Louis
Los catorce grados alcohólicos de aquel tinto eran la única defensa
con la que contábamos, Eileen y yo, cuando en el restaurante El Galeón,
de Valencia (Venezuela), nos disponíamos a desmontar la firme y
brillante estructura de aquel cochinillo segoviano que desplegaba sus
olores y armonías frente a nosotros. Las oscuras tonalidades del vino,
sus complejos aromas a frutas rojas y cacao, así como la profusión de
sus sabores, sostenidos por robustos taninos y efímera acidez, eran
nuestro escudo de Aquiles ante la amenaza de aquel despliegue de
colesteroles tan suculentos como peligrosos. Mientras me detenía en
conjeturas sobre el resultado de aquella épica confrontación entre las
alargadas moléculas lipídicas y nuestro Mas Julien Coteaux-de-Languedoc
1998, recordé algunos momentos de la agitada historia del Languedoc. No
me refiero a la limpieza étnica de la cruzada en contra de los
albigenses, sino a otra manifestación de extremismo no menos doloroso.
En efecto, en el año 92 de nuestra era, el emperador Domiciano ordenó
que fuera arrancada la casi totalidad de los viñedos plantados en la
región de Languedoc-Roussillon. Domiciano no sólo fue el terror de las
plantaciones meridionales de uva, los mismos habitantes de Roma
conocieron su despotismo. Al menos así lo recuerda Tácito: “Bajo
Domiciano, la principal miseria era ver y ser visto: nuestros suspiros
servían de materia de acusación; aquel rostro cruel hacía que se
volviesen pálidos los de tantas personas, así como el color encendido
con que se defendía contra la vergüenza”. Su muerte asesinada el 18 de
septiembre del 96 parece no otra cosa que un acto de justicia. Los
viñedos de Languedoc-Roussillon apenas serían restaurados en el año 270,
cuando el emperador Probo ordena la replantación. Mas, a pesar de esta
acción agradecida, Probo conoció un fin no muy distinto al del
detestable Domiciano.
Las primeras vides fueron llevadas al Languedoc en el siglo VIII a.
C. por los griegos. Esto es, mientras en Grecia se componían los cantos
homéricos, en Cuma se construía el templo de Apolo, bajo la dirección
del gran Dédalo, y se establecía el culto de la sibila. El insuperado
Gibbon, en pocas y envidiables líneas, nos ha dejado la crónica de este
itinerario: “En tiempos de Homero, la uva crecía en forma silvestre en
Sicilia y, muy probablemente, en el continente, pero no cultivada por
sus habitantes, los cuales no llegaron a producir un licor agradable.
Mil años después Italia podía vanagloriarse de producir en sus tierras
más de dos tercios de los mejores vinos conocidos. Esta bendición se
extendió rápidamente a la francesa provincia de Narbona (Langue-doc)”.
De aquí, la uva iniciaría su triunfal marcha hacia Burdeos, Provenza y
la difícil Borgoña.
La aparición del vino en Grecia es tan difícil de precisar como el
origen de los héroes. Una disputada paternidad que, sin mayores
seguridades, ha hecho creer que sus orígenes se encuentran en el remoto
Cáucaso, o la fluvial Mesopotamia, hacia el 6.000 a. C. De allí a Egipto
y Fenicia en los alrededores del 3.000 a. C. A Grecia no llegaría hasta
mil años más tarde. La infatigable capacidad mitopoética de los griegos
pretende que la uva haya llegado a la Hélade en el equipaje de Dioniso,
con razón uno de los inmortales griegos más queridos. Al vino le
debemos el progreso demográfico de los helenos y la más clara de sus
creaciones, la tragedia griega. Siempre en el mito, el esforzado Odiseo
le debe al vino la existencia, la suya y la de sus compañeros de
marinería. Uno recuerda el Libro Nuevede la crónica verídica de su
aventura en el cual se relata la más grande borrachera de la literatura
épica. Y no podía ser de otro modo. Se trataba de la ebriedad del
gigante Polifemo y de las consecuencias tan adversas de sus excesos. El
más grande y fatal de los “ganchos al hígado” que nos ha dejado la
poesía bárdica. “Toma y bebe este vino, cíclope”, le dice el héroe al
monstruo, que ya había dado cuenta de algunos griegos en su apetito
insaciable. La suya es una especia de exhortación digna de un
gastroenterólogo: “Toma y bebe este vino, cíclope, una vez que has
comido carnes crudas de hombre”. Los cíclopes, como se sabe, suelen ser
criaturas obedientes y Polifemo no es la excepción. Dice Homero:
“Cogiólo y bebió con deleite salvaje todo el dulce licor y pidióme sin
pausa otro cuenco. Dame más”, dice Polifemo con sed ciclópea, “no
escatimes, y sepa yo al punto tu nombre”. El resto de la historia es
conocido. No fue nunca uno de los atributos de los cíclopes el
desarrollo del paladar. Lo que el griego le ofrecía distaba de poseer
las calidades de un Haut-Brion o un Chambertin. Sabemos que era un vino
tinto, de un rojo oscuro, tostado y, al parecer, dulce. Uno se lo
imagina como un brebaje siniestro, no muy distinto al oporto
“socialista” que, en los años cincuenta, se produjo en la Unión
Soviética. Sólo un vino los ha superado a ambos en su despropósito.
Aunque no se conserva ninguna nota de cata, es sencillo imaginarlo. Me
refiero al producido por los propios cíclopes y que Polifemo ofrece al
laertiada con orgullo característico de productor: “Nuestras fértiles
tierras también a nosotros da un mosto de racimos egregios que nutre la
lluvia de Zeus”. Odiseo, con prudencia de conocedor, rechazó el brindis.
Una de las circunstancias que deben atenuar nuestro destierro de
las tierras anheladas de la Antigua Grecia es la de habernos eximido de
beber sus vinos. El sentido práctico de los griegos no ha sido
reconocido nunca como una de sus grandes habilidades. Eran demasiado
abstractos para encontrar una manera de envejecer con éxito sus mostos.
De las ánforas dependían para el envejecimiento y, a pesar de sus formas
esbeltas, no son las ánforas los mejores recipientes para cumplir con
esta etapa del proceso de producción. Pero, como siempre, nunca
estuvieron muy lejos de la verdad. Actualmente, con el empleo de
técnicas sanitarias más estrictas, Jacob Gravner, autor de algunos de
los blancos más formidables de Italia, envejece el más raro de sus vinos
en envases arcillosos. El ánfora (de anfi-foro: cargado por los
dos lados), con sus limitaciones, es un avance no deleznable desde los
cueros donde Odiseo guardó los vinos para la borrachera de Polifemo. Uno
de los inconvenientes de las esbeltas ánforas es el modo de cerrarlas.
Las tapas podían ser de diversos materiales, aunque uno de los más
comunes era la resina. Y “resina” es como se conocen todavía hoy algunos
de los vinos más populares de Grecia. Y no es un desacierto porque
entre sus aromas la resina es uno de los dominantes. En tiempos heroicos
se utilizaron procedimientos impensables para la producción de los
vinos. Llegaron a ser concentrados mediante la cocción, lo que hacía
necesario que fueran diluidos antes de su ingesta. Y en otros casos el
agregado de agua de mar era considerado necesario para aumentar su
acidez. Al menos es lo que ha consignado Plinio. Homero se refiere a los
vinos con abundantes epítetos, cual era su costumbre: “tostado vino”,
“dulce vino”, “negro licor” o “dulce licor”. Debemos agradecer a los
dioses que de los antiguos helenos nos hayan conservado la poesía y no
aquella aciaga manera de vinificar y conservar. No todo en el mundo de
la modernidad es color hormiga.
Para los romanos, por su parte, se trataba de un problema
ético. ¿Cómo atreverse a mejorar algo que habían recibido como herencia
de los griegos admirados? Reconocieron, desde temprano, que los helenos
eran los mejores. Y una necedad pretender ser originales, intentar algo
nuevo. Con inteligencia encomiable, optaron por imitar lo insuperable a
la aventura de la novedad espuria. Gracias a este criterio es que
tenemos una idea de la escultórica de Policleto y Praxísteles. Imitar
pues, antes que inventar. Pero no en todo, especialmente en la forma de
producir el vino. Los romanos contaban en Italia con un terroir
privilegiado. Suelos calcáreos, frescos vientos transalpinos y tibias
brisas mediterráneas, inviernos benignos y soles espléndidos. Los
griegos se habían encargado de plantar los viñedos de Sicilia, Puglia y
Campania. Pronto la bota, desde el Veneto y Piemonte, estaría recorrida
por hileras de la planta amada y adorada, la Vitis vinifera que,
al fin, parece haber “llegado a su llegadero”. La colonización
intelectual y espiritual de los griegos conoció su primer
cuestionamiento. Podían ser insuperados en muchas cosas. Conocían mejor
el arte de la navegación, eran sublimes poetas y dramaturgos, pintores y
escultores, inventores y dueños de la filosofía, fundadores del mito
occidental y pare de decir. Pero como productores de vino dejaban mucho
que desear.
Los romanos entendieron que, para la producción de buenos vinos, el
sentido común era más importante que la capacidad de abstracción. Los
habitantes de la caverna platónica estaban más sedientos de metafísica
que de un vibrante rojo o un perfumado blanco. Aquel sabor a resina
podía ser insoportable para los patricios de Roma, como lo es para el
consumidor de nuestros días. No negaron la belleza de las esbeltas
ánforas y durante un tiempo las usaron. Hasta que, con genio
característico de su pragmatismo, se dieron cuenta de las bondades de la
madera para el envejecimiento y fabricaron barriles de noble roble. El
cambio fue dramático. Nunca el vino volvería a ser el mismo. A sus
anchas, en aquellos cómodos recipientes de roble que le permitía la
respiración y el enriquecimiento de sus polifenoles, el vino estaba
listo para alcanzar insospechados destinos. No es casual que tres de los
mejores rojos de Europa recuerden el aporte latino a la producción de
grandes caldos: Romanée-Conti, Romanée-St-Vivant y La Romanée.
El cultivo de la uva en Roma fue asumido como una cuestión de
interés nacional, con connotaciones que hoy llamaríamos ideológicas. No
se trataba solamente de un producto de consumo diario, y cuya venta y
exportación proporcionaba considerables ingresos fiscales. El consumo
del vino formaba parte de la ideología clásica. Lo que se heredó de los
griegos y distinguía a los romanos de los bárbaros. Consumir vino era un
signo de civilización, que se oponía a la ingesta de las bebidas de los
bárbaros, mal fermentadas y sin ninguna sofisticación. De acuerdo con
Tácito, los germanos “Para beber usan un líquido extraído de la cebada o
del trigo, que por la fermentación se convierte en una especie de
vino”. Y como Polifemo, agrega, “No son tan moderados en el beber. Si se
estimula su destemplanza, proporcionándoles tanta bebida como desean,
se les vencerá por el vicio mejor que por las armas”. Lo cual explica la
procedencia germana de los cíclopes. Tanto los antiguos como los
modernos. La misión civilizadora de los romanos, además del latín y el
derecho, incluía el cultivo de la uva y la producción del vino. Ésta es
la más señalada de las razones que explica la difusión de la viticultura
en Francia, España, Portugal y el norte de África.
Los vates romanos, a diferencia de los actuales, fueron generosos
en su exaltación del aromático regalo de los dioses. Ovidio reconoció
sus propiedades en la corte y lamentó su ausencia en el exilio. En sus
tiempos de cortesano: “La noche, el amor y el vino nunca dan consejos de
moderación. La noche desconoce el pudor, mientras que el vino y el amor
desafían la moderación”. Como desterrado en las gélidas costas del Mar
Negro: “Yazgo proscrito en los confines del mundo, cubierto por un manto
de nieve. Aquí el campo ni produce frutos, ni sazona las dulces uvas…
una tierra que no produce frutos ni racimos”. También Propercio, Cátulo y
Horacio aludieron al vino en sus composiciones. Pero ninguno entendió
mejor, ni conoció más la viticultura que el gran Virgilio. Apenas es
menester recordar el Libro Segundo de sus Geórgicas donde se
detiene, en claros y sonoros versos, a considerar los trabajos de la vid
con sabiduría profesional: “Ahora te cantaré a ti, oh Baco”. Y
aconseja, en términos que revelan su vocación bárdica: “Indaga, lo
primero, si es mejor plantar la viña sobre cuesta o llano. Si asignas a
la vid un campo de tierra gruesa, planta espeso; si las cepas crecen
apretadas, Baco es pródigo en racimos; mas, si se trata de un suelo
recostado en tesos, o de cuestas empinadas, espacia las hileras; no
obstante, cada senda, dispuestas las plantas cuidadosamente, forme un
ángulo recto al cortar las líneas. Así acontece muchas veces, cuando en
medio de descomunal guerra, la legión, en larga columna, despliega sus
cohortes y se detiene en marcha sobre una llanura descubierta; el
ejército en orden de batalla forma línea recta y la tierra entera por
doquier ondula refulgente con el bronce, aún no se traba la batalla
horrenda, sino que Marte vaga dudosamente en medio de los dos
ejércitos”.
El mantuano era de origen y vocación campesinos. Despojado de sus
tierras en su comarca natal, consiguió que le fueran restituidas en
Campania, en lo que fue afortunado. Mantua, en el mismo valle del Po, es
rica en rebaños y productos agrícolas. Pero nadie se puede preciar de
haber probado un buen vino proveniente de esas regiones. En cambio,
Campania, Basilicata y Puglia, como bien sabían los romanos, son ricas
en vides con un enorme potencial que aún dista de ser bien reconocido
por la vinicultura actual. Hasta hace unas tres décadas, la región se
contentaba con producir tintos decentes, como el Primitivo. Y blancos
respetables como Greco di Tufo, Fiano d’Avellino o el popular Lacryima
Christi. En la actualidad, el panorama es otro. Y hoy, provenientes de
distintas zonas y productores, podemos apreciar algunos de los tintos
más interesantes de Italia. Caldos de complejidades insospechadas, como
el concentrado Taurasi. O los provenientes de apelaciones tales como
Aglianico del Taburno, Taburno, Asprinio di Aversa, Campi Flgrei, Castel
San Lorenzo, Capri, Cilento, Guardiolo, Galluccio, Ischia, Peninsola
Sorrentina, Sannio, Solopaca y Vesuvio.
Pero ninguno de estos vinos, con sus excelencias grabadas en
nuestro paladar y memoria, ha superado en prestigio histórico, en
bondades y rareza, al indescriptible Falerno del Massico. El primer
caldo en ser distribuido con la precisión de su procedencia y añada, tal
como se puede leer en las chapas de metal que se han conservado. El
Falerno, producido a partir de la variedad griega aglianica (vitis hellenica)
se comercializó por toda Europa. Un vino elitesco, una especie de
Chateau Petrus de la Antigüedad, codiciado por sus coleccionistas y
grandes paladares. Fue la acertada escogencia de Cleopatra cuando acogió
en su mesa al exigente Julio César. Una selección que encuentra
respaldo en los versos inmortales del inmortal Horacio: “Ten presente,
Delio, que has de morir, y no pierdas la fortaleza de ánimo ante los
rigores de la adversidad, ni en los prósperos sucesos te dejes arrebatar
por una loca alegría, sea que hayas vivido largo tiempo en la tristeza,
sea que en los días festivos te regales apurando las mejores cosechas
de Falerno”.
Desde hace unos pocos años tenemos el privilegio de apreciar algo
parecido a lo que los reales amantes bebieron antes de saltar al lecho.
En efecto, después de intensas investigaciones y ensayos, los enólogos
de Villa Matilde han conseguido emular aquel caldo subyugante con su
Falerno del Massico Vigna Camarato, producido con las variedades
originales, aglianico y piedirroso en su versión roja, y cien por ciento
falanghina en la versión blanca. El hallazgo es sólo comparable al de
una supuesta restauración de los vinos servidos hacia el final de las
bodas de Caná. El origen del Falerno no es menos milagroso y sí muy
anterior. Quiere la tradición que un buen día el mismo Dioniso, ahora
Baco, bajo la apariencia de un paisano cualquiera, se presentara en las
míseras propiedades de un campesino entrado en años. Esto ocurrió en las
afueras de Caserta, al norte de Nápoles. El anciano, de nombre Falerno,
ofreció al visitante todo lo que guardaba para alimentarse, leche, miel
y frutas. Aprovechando que su huésped se había quedado rendido de
cansancio, el hijo de Semele, siempre generoso, retribuyó la
hospitalidad y convirtió la leche en vino y transformó las estériles
laderas de la vecina montaña de Massico en bien dispuesto viñedo. Una
historia verídica que la inteligente reina de Egipto conocía en todos
sus detalles.
La influencia de la vinicultura romana se siente en los métodos
modernos de producción. Fueron ellos los primeros en conceder
importancia a la relación entre variedad, suelo y temperatura ambiente.
Reconocieron la importancia de la cercanía de bosques y ríos a los
viñedos. Supieron precisar la evolución de los caldos y perfeccionaron
los métodos de envejecimiento. La tradición DOC (Denominación de Origen
Controlado) fue instaurada ante la necesidad de jerarquizar la
producción de caldos en el imperio. No es mucho, sin embargo, lo que se
conserva de los pies de viña originales. Casi nada. Pero sólo casi. En
una conversación reciente, Jean-Louis Chave, de la familia Chave, con
más de cuatrocientos años produciendo maravillas con su Hermitage, a
orillas del Ródano, nos revelaba uno de sus proyectos más acariciados.
En las pendientes terrazas de Saint-Joseph había descubierto algunas
vides silvestres que descienden de las variedades plantadas por los
romanos en su conquista de las Galias. Conociendo la devoción de
Jean-Louis por los viñedos de su región podemos apostar que, cuando las
primeras producciones se conozcan, entenderemos mejor por qué Cleopatra
fue tan cuidadosa en la selección de sus vinos para Julio César. A pesar
de considerarlos unos bárbaros, la reina de Egipto respetaba el paladar
de sus huéspedes. Para los cuales, conocer de vinos era tan importante
como saber de Homero, el fundador de todas las culturas clásicas. No
pensó nunca Julio que cien años después de su muerte, uno de sus
sucesores, el cruel Domiciano, habría de arrasar con los viñedos de
Languedoc. Los mismos que, doscientos años después, Probo replantara e
hiciera posible la existencia de ese complejo y estructurado Mas Julien
Coteaux-de-Languedoc 1988,que Eileen y yo escogiéramos para enfrentar la
untuosa y perfumada amenaza de un cochinillo segoviano en el
restaurante El Galeón, de Valencia (Venezuela).
El texto posee una estructura muy enrriquecedora de conocimiento, particularmente, he quedado asombrado del origen, causas y consecuencias que trajo consigo la creacion de una bebida de la cual disfrutamos actualmente
ResponderEliminarMe parece muy importante el tema acerca del vino, puesto que durante el desarrollo del texto me proporciona al igual que a muchos información que antes no tenia, y me permite establecer aspectos característicos del éste. Pienso que es de vital importancia saber de donde viene lo que consumimos, y el auge y importancia que le dieron en sus inicio.
ResponderEliminarEs muy interesante el texto,
ResponderEliminarporque nos relata un poco acerca de donde proviene el vino y de las diversas situaciones
en la que ha sido muy importante este exquisito líquido (seducir, engañar, rendir
culto a los dioses, etc.), pero sobre todo gracias a su variedad de colores,
textura y sabores es lo que le ha permitido cautivar a las personas y perdurar atreves
del tiempo.
Curioso que, de un resumen de la historia del vino, se llegue denotar como una cierta defensa a un viñedo en Venezuela. Un hecho histórico del origen de ésta deliciosa bebida, que enaltece paladares de cada persona, me pone a pensar ¿cuántos vinos habrán existido en la antigüedad de un sabor extraordinario? que ni siquiera se pueden comparar con las cosechas de los mejores vinos de la actualidad. Aparte no sabía del respeto hacia estas costumbres Helenicas por parte de Los Romanos sobre el vino.
ResponderEliminar"La bebida de las personas sofisticadas". El vino, para los amantes de ésta bebida, puedo suponer su gusto a este texto, al ver que no es una bebida actual, su origen es ancestral. Un recuento del origen del vino en la Europa Occidental, al ver como Cleopatra recibió a Julio Cesar con el mejor vino, y saber que hay personas que quieren restaurar y saber cual es su delicioso sabor, un interesante texto, claro, para los amantes del vino...
ResponderEliminarel vino para mi juicio la bebida mas antigua de la historia y las mas deseada por todos. este texto me parece importante ya que nutre mis pocos conocimientos acerca del tema y me lleva a esas épocas en donde era tan importante dicha bebida que se peleaban de generacion en generacion y me permite observar como los Romanos le tenían tanto respeto a las costumbres Helénicas por tan anhelada bebida.
ResponderEliminarme gusta tanto el texto porqué cuando hablen de vino podré opinar acerca del tema.
El texto nos habla de una bebida muy sofisticada como es el vino, de su historia. de sus complejos aromas a frutas rojas y cacao, y la profusión de sus sabores, una bebida para los que tienen el buen gusto. como dice al principio quizá la mas antigua bebida alcohólica que hay hoy en día.
ResponderEliminarBuena historia sobre el vino. vemos como desde las primeras culturas ha existido esta deliciosa bebida que hoy en día disfrutamos, los vinos de la actualidad aun con sus excelentes sabores y aromas no se podrán comparar con los creados en epocas anteriores.
ResponderEliminarExcelente Texto el cual nos dice y hace toda una reseña del vino, que como bebida y cabe resaltar que es la mas antigua bebida y muy deseada actualmente, como un sinónimo de elegancia, con muy buenos aromas, cual nos llama la atención al ver lo destacado que es el vino.
ResponderEliminar¡Gran texto! Para compartirlo. El vino no sólo es "una bebida más", tiene mucha historia y eso la hace diferente; ha venido acompañando al hombre desde hace tantos siglos y en tantos eventos y actividades, desde la agricultura hasta las actividades lúdicas de muchísimas civilizaciones. Esta bebida se ha hecho importante para muchas cosas; desde lo más insignificante, como la elegancia, hasta un montón de cosas realmente necesarias, como la salud (ejemplo: http://www.mapfre.com/salud/es/cinformativo/beneficio-vino.shtml).
ResponderEliminar¡Gran texto! Para compartirlo. El vino no sólo es "una bebida más", tiene mucha historia y eso la hace diferente; ha venido acompañando al hombre desde hace tantos siglos y en tantos eventos y actividades, desde la agricultura hasta las actividades lúdicas de muchísimas civilizaciones a lo largo de la historia. Esta bebida se ha hecho importante desde cosas insignificantes como la elegancia hasta un montón de cosas realmente importantes, como por ejemplo, la salud (http://www.mapfre.com/salud/es/cinformativo/beneficio-vino.shtml).
ResponderEliminarEl texto se me hace sumamente interesante por la forma en la
ResponderEliminarque se relaciona el vino con las diferentes culturas y generaciones europeas atreves
de la antigüedad. Ya sea la de Grecia o roma las cuales según el texto tienen
una historia en especial con esta deliciosa bebida por la cual se llevaron
acabo guerras y controversias donde para estos países era tan importante el que
posee llera el mas sofisticado vino.
Por tanto afirmaría personalmente que: el vino es una de las
bebidas más antiguas y codiciadas de la antigüedad de Europa occidental y en la
actualidad por su excelente sabor y aroma que llaman la atención a cualquiera.
muy buen texto, de una forma extensa y detallada narra como ha sido la historia de una bebida como anteriormente mencionaron de la mas antigua como lo es el vino, el proceso y el consumo del vino no era solamente cuestiones caseras y ceremoniales, este determinaba una ideología .
ResponderEliminarEl vino.. una de las bebidas mas apetecidas y antiguas, que ha estado presente en diferentes e importantes momentos de la historia... esto nos muestra como su importancia se ha presentado desde hace años identificando culturas e ideologías y como ha cambiando esto al pasar del tiempo y se ha ido perdiendo todo lo anterior dándole al vino otro tipo de utilidad... Quizás menos valor significativo que el que se le daba anteriormente...
ResponderEliminareste narración nos habla de una de la bebidas mas antiguas y sofisticadas en toda la historia, como el uso que se le daba en el pasado era mucho mas importante que el que le damos ahora y de como lo utilizamos por puro placer.
ResponderEliminarEl vino una bebida exótica con
ResponderEliminarun sabor único y afrodisiaco. Aunque parezca muy e interesante, el vino se ha remontado
desde la historia clásica del hombre y como esta bebida ha acarreado gran
importancia en las etapas de la humanidad y ha originado un nuevo estilo de
vida en las personas y una gran economía en nuestros días y en los días del
apogeo de los reinos e imperios antiguos como griegos y romanos, dando a
entender como a través del vino podían sanear algunas necesidades personales y
sociales en la humanidad con el fin de convertirlo
en un gran símbolo en muchas sociedades del mundo antiguo y actual.
Excelente texto.
ResponderEliminarEn este observamos como el vino una bebida muy apetecida en nuestra sociedad,tambien conocido como la bebida de la buena mesa remonta sus origenes hace ya muchos siglos atrás,y a travez de este texto nos damos cuenta como ha evolucionado ,pero que desde siempre ha sido muy importante .
Desde tiempos inmemoriales, la humanidad se ha visto envuelta en una serie de acontecimientos que de una u otra manera han ayudado a determinar su rumbo, son estos acontecimientos los que forman nuestra historia. Generalmente los autores se centran en destacar elementos que a simple vista intervienen en el proceso histórico; la religión, el abuso de poder, la política, la economía y la ambición, por mencionar algunos acarrean variados estudios.
ResponderEliminarSin embargo, al interactuar con lecturas de este tipo nos damos cuenta que mas allá de lo evidente, fueron muchos los elementos que jugaron un papel determinante, entre ellos el vino, teniendo el cuenta el gusto y muchas veces obsesión del hombre por las bebidas alcohólicas, intervino en la toma de decisiones y muchas veces determino el rumbo de conflictos bélicos ampliamente rememorados por la humanidad.
"El vino da brillantez a las campiñas, exalta los corazones, enciende las pupilas y enseña a los pies la danza" (José Ortega y Gasset)
este texto detalla paso a paso la forma de introducir y crear un producto el que consta de una gran oferta y demanda en la actualidad. Del mismo modo ha sido utilizado por siglos, son de esos inventos si así se le puede llamar, que la humanidad desarrolla o crea para que permanezcan en el tiempo.
ResponderEliminarno obstante nos muestra la importancia que tiene la creación o el descubrimiento de un nuevo producto en el mercado dándonos así opciones , mostrándonos como evoluciona y que elementos influyen en su creación que costos tiene ese producto y lo que las personas están dispuestas a pagar por el, dependiendo de la cultura, religión, educación, estrato social, ubicación geográfica o en su defecto en la época en la cual vivas.
el vino es uno de los grandes "BOOM" de la economía en el mundo, lo podriamos clasificar como un mercado perfecto donde existen tantos productores como consumidores, donde podemos elegir precios, sabores, y especificaciones de acuerdo a las necesidades y los gusto de un mercado consumidor. :D ;)
Mas de acuerdo no podría
ResponderEliminarestar, "in vino veritas" que no existe licor mas sabio ni mas divino,
acompañante de la ambrosía, siempre asociado a deidades y al culto de la vida,
como el pan. Aunque este seco o suave siempre esta dulce, se perfuma de madera
y especias, y da una de las peores resacas que puedan ser padecidas, se dice
que a quien le gustan las verduras le gustara el vino, y que sabe mejor el
tinto con las carnes y el blanco con los peces, dicen también que fue
descubierto por primera vez por un grupo de monjes por error que guardaban las
uvas en barriles de madera de los monasterios y se fermentaban, y que los
primeros intentos en cultivar la uva a gran escala fueron en la edad de bronze
en sumeria y el antiguo Egipto.
Yo solo se que es una bebida hechizan-te proveedora de elocuencia, deshinibicion
y malos consejos, eficiente para servir entre amistades, la familia y los
amores por igual, y que siempre que pueda, tomare una copa.
Me parece un buen texto, la forma en la que se relaciona el vino con las diferentes culturas y contextos históricos. Desde Grecia o Roma, las cuales tienen una historia especial con esta deliciosa bebida por la cual se llevaron acabo guerras y controversias donde para estos países era tan importante el que posee llera el mas innovador vino, sinónimo de riquezas y placeres.
ResponderEliminarMuy buen texto su idea y como el vino ha sido un licor trascendente y tan importante dentro de la historia de la humanidad, su sabor, contenido, su historia y preparacion (meto esa parte) es muy grande, como el vino toma partido dentro de los momentos de la historia es muy bueno. Aunque no comparto el gusto por el vino, el articulo expresa una realidad que con mis gustos no puedo desmentir.
ResponderEliminaruna definición muy conceptual de lo que es el vino y su significado e importancia a través de la historia, este es considerado como la bebida sagrada, la bebida de los dioses, de los reyes , es bueno conocer aspectos acerca de el vino como los que muestra este texto para estar nutridos con mucha mas información acerca de este elixir de vida.
ResponderEliminarexcelente texto, aunque de manera extensa y de una forma detallada nos muestra la relevancia e importancia que ha tenido el vino desde hace mucho tiempo y aunque es una bebida mas que acompaña buenos momentos tiene su propia historia su propia época y sus propias consecuencias
ResponderEliminarNo es un texto de mi interés, y menos el vino, pero algo que me llamo mucho la atención fue que mientras lees y conoces más acerca de algo que pensabas que no tenia mucha trascendencia, como esta bebida que se ha vuelto tan singular y propia, te cercioras de que hay mucho más en esta vida de lo que ya conoces.
ResponderEliminarEl vino, una Heráldica que se muestra con mucha
ResponderEliminarimportancia en la resolución de situaciones.
Por medio del cual, tanto situaciones mitológicas, como, verídicas en tiempos antiguos, hayan tenido un “feliz término”. De ahí, que en la actualidad se le considere de gran prestigio en momentos de magnificencia.
JUAN CAMILO PINEDA DE LA OSSA
ResponderEliminarMuy interesante como se muestra en este texto desde distintos puntos de vista en distintas épocas de la historia, como puede ocasionar esta bebida aspectos negativos y positivos en tanto a la época en que se hable. Es algo que me aportó mucho a nivel personal, puesto que no tenia conocimiento respecto de este tema del vino, y siempre es bueno ampliar los conocimientos y saber mas cosas de cultura general.
ResponderEliminares importante ver como el vino a sido parte importante en la vida humana desde tiempos remotos de la antigua roma y Grecia como este era tan apetitoso, exquisito y tan anhelados por grandes personajes, como fue parte fundamental para la creación de una de las grandes obras literarias de Homero y como este producto a tenido tanta historia.
ResponderEliminarA pesar de que no soy tan fanática de las bebidas alcohólicas, no pongo en duda que el vino ha sido una de las bebidas que mas ha marcado historia en la vida de muchas personas porque el vino le da un toque de elegancia al momento que otra bebida no puede causar, esta se ha usado en obras literarias, cuentos, novelas y otros.
ResponderEliminaren Colombia son pocos los paladares cultos para la apropiada de-gustación de un buen vino, pero no resta la incontable importancia de tal producto en historia humana, hasta en la biblia se habla de vino, en la historia de julio cesar se derrochaba con el vino, seria interesante conocer una generación de colombianos que puedan incluir en una buena historia social la apropiada de-gustacion de un buen vino.
ResponderEliminarEl vino nos ha acompañado a través de la historia desde tiempos inmemorables, en la biblia vemos como Jesús convierte el agua en vino y este era parte de las celebraciones de la época, es importante conocer aspectos más detallados de bebidas que son muy antiguas y que en nuestros días siguen siendo apetecidas.
ResponderEliminarSi preguntas por una bebida alcohólica que tenga relevancia en la humanidad desde tiempos históricos pues solo tendrías una palabra el vino, sin lugar a dudas el vino lo encontramos en todas partes y es utilizado en muchos momentos de la personas bien sea para celebrar o para pasar las penas pero lo importante aquí es que siembre esta ahí.
ResponderEliminarEste texto resalta la forma en la que se relaciona el vino con las diferentes culturas y contextos históricos, siendo esta una bebida exquisita y de mucho caché. Desde los antiguos grandes imperios tales como Roma o Grecia, los cuales tienen una gran historia, la cual se ve especialmente ligada con esta deliciosa bebida por la cual se llevaron acabo guerras y conflictos donde para estos imperios era muy importante, tanto que el que poseyera el mas innovador vino era considerado el mas lleno de riquezas materiales externas e internas tales como los placeres.
ResponderEliminara veces pensamos que algunos temas no pueden ser muy relevantes o que simplemente no hay mucho que decir al respecto lo cierto es que siempre se puede aprender algo nuevo y cualquier dato o anotación nos hace mucho bien para enriquecer nuestra cultura general , hoy veo a través de este escrito que del vino se puede decir muchas cosas y mucho mas si sabemos que es una bebida que viene desde tiempo remotos y ha permanecido hasta nuestros días.
ResponderEliminares claro que el autor quiere resaltar la gran influencia que ha tenido el vino desde tiempos remotos y el impacto que este ha tenido en grandes obras. Es de gran agrado enriquecer nuestros conocimientos con historia como estas de las cuales muchos de los lectores no tenían ninguna sospecha.
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