A pesar de la pregonada voluntad de paz de las partes, advertimos que los esfuerzos por poner fin al conflicto cada vez se enredan más en una maraña de errores y desacuerdos que podrían prolongar indefinidamente el sufrimiento de millones de seres humanos. Es deber de todo el que quiera realmente la paz no sólo exhortar a las partes a persistir en su voluntad de entendimiento, sino llamarlas a obrar cambios decisivos en la lógica y en la dinámica de la negociación, para sacarla del punto muerto en que se encuentra, y que amenaza con extenuarla ante el escepticismo de la ciudadanía. El diálogo es un hecho político y exige de ambas partes decisiones políticas inmediatas. El cese al fuego bilateral no sólo es un camino: sería un alivio para todos los que padecen el horror de un conflicto que no puede seguir. El Gobierno dirá que ese alto al fuego expone a la negociación a todos los avatares de la guerra no resuelta, pero si es verdad que los diálogos han avanzado considerablemente, ¿po...
Espacio de discusión académica que apela a lo que comúnmente se repite en los pasillos de las escuelas de derecho “el que sólo sabe de derecho, nada sabe de derecho”; será un cenáculo de conversación a veces de noticias de actualidad, música, arte, opiniones diversas entre otros, donde se permita pensar el derecho