Qué es el dilema del erizo, la parábola del filósofo Schopenhauer sobre lo complejo de las relaciones humanas
Puede que haya algo mal conmigo", le dijo una paciente a la psicóloga Deborah Luepnitz.
"Cuando no hay un hombre en mi vida, me siento vacía e indigna de ser amada, y casi no disfruto de nada. Cuando me acerco a un hombre, me siento asfixiada (...)".
A Luepnitz, quien relata esta experiencia en "Los erizos de Schpenhauer: la intimidad y sus dilemas", se le ocurrió contarle la parábola que inspiró el nombre de su libro.
Y esa paciente -como otros más que acudieron a ella con problemas similares- la halló "reconfortante".Lo cual es curioso, pues el autor del que se conoce como el dilema del erizo más que reconfortante era un poco espinoso.
Arthur Schopenhauer es a menudo descrito como "el filósofo del pesimismo".
Como pensador joven y radical en Alemania a principios del siglo XIX, despotricó contra las ideas dominantes, desestimando al eminente filósofo Georg Hegel como un charlatán pomposo y reaccionando contra su idealismo absoluto.
La idea central de Schopenhauer era que todo en el mundo estaba impulsado por la voluntad o, en términos generales, el deseo incesante de vivir.
Pero eso no era para él algo positivo: no se refería a la voluntad como algo sobre lo que tenemos control sino más bien como algo de lo que somos esclavos, pues es una demanda infinita que nunca se satisface.
Eso, argumentaba, nos dejaba oscilando inútilmente entre el sufrimiento y el aburrimiento.
La única escapatoria a la tiranía de la voluntad se encontraba en el arte, y particularmente en la música.
El dilema
El dilema del erizo apareció en la colección de ensayos filosóficos breves de 1851, "Parerga y Paralipómena", del griego apéndices y omisiones.
Fue su última obra y la primera que le trajo el reconocimiento filosófico que había esperado por mucho tiempo.
Como señaló satisfecho, fue "incomparablemente más popular que todo lo anterior".
Sus otros libros habían tenido tan poca repercusión que nada auguraba un futuro en el que no sólo impactaría la filosofía occidental, sino que influiría en obras de artistas y escritores, desde Richard Wagner hasta Marcel Proust, y de Albert Camus a Sigmund Freud.
La parábola dice así:
"Un día helado de invierno, varios erizos se apiñaron muy juntos para, gracias al calor mutuo, evitar congelarse. Pronto sintieron el dolor que les causaban las púas de los otros, lo que los hizo separarse nuevamente.
"Pero la necesidad de calor los volvió a unir, y se repitió el retroceso de las púas, de modo que quedaron atrapados entre dos males, hasta que descubrieron la distancia adecuada desde la cual podían tolerarse mejor el uno al otro".
Parece un cuento para niños, pero encapsula la compleja naturaleza de las relaciones humanas, y, afín con Schopenhauer, no tiene un final muy feliz.
Habla de que la vulnerabilidad es necesaria para que las relaciones sean más trascendentes y satisfactorias, pero aumenta el riesgo de un dolor más profundo.
Y de como vivimos atrapados entre dos males: el aislamiento y el peligro de herirnos mutuamente.
"La necesidad de sociedad que surge del vacío y la monotonía de la vida de los hombres los une; pero sus numerosas cualidades desagradables y repulsivas y sus insufribles inconvenientes los separan una vez más", continúa Schopenhauer.
"La distancia media que finalmente descubren y que les permite soportar estar juntos es la cortesía y los buenos modales.
"En virtud de ello, es cierto que la necesidad de calor mutuo sólo será satisfecha imperfectamente, pero, por otra parte, no se sentirá el pinchazo de las púas".
Estaríamos condenados entonces a nunca poder satisfacer plenamente el deseo de tener relaciones sociales positivas, una de las necesidades humanas más fundamentales y universales.
La distancia prudente
A pesar del pesimismo, la genialidad de la parábola resonó con quienes sondean los desafíos de la intimidad.
Freud la popularizó cuando, en 1921, se refirió a ella en “Psicología de grupo y análisis del yo”, al discutir sobre la “ambivalencia de los sentimientos” inherente a las relaciones a largo plazo.
Para el padre del Psicoanálisis, no había el afecto puro: en el amor, hay odio, en el odio, amor.
Como él, otros investigadores de las relaciones interpersonales han tenido la parábola en mente.
En ocasiones ha sido punto de partida en estudios, como en "¿La exclusión social motiva la reconexión interpersonal? Resolviendo el 'problema del erizo'”, en el que Jon Maner, Nathan DeWall, Roy Baumeister y Mark Schaller examinaron cómo las personas responden al ostracismo.
En otras, ha sido una herramienta para reconfortar a pacientes agobiados por sentimientos encontrados respecto a las relaciones íntimas, como en el caso de la psicóloga Luepnitz.
Muchos de nosotros, apuntó ella, experimentamos "la soledad como un fracaso personal más que como una condición esencialmente humana".
"La parábola normaliza un problema que muchos consideramos como un peculiar defecto de carácter", escribió.
Ha servido también como una ilustración de la importancia de los límites, tanto físicos como emocionales, así como de varios otros aspectos de las relaciones interpersonales.
Y ha figurado en la cultura popular, notablemente en la aclamada serie anime "Neon Genesis Evangelion", aplaudida por su exploración de una serie de cuestiones psicológicas y filosóficas.
El personaje principal, Shinji Ikari, es un joven abandonado por su padre, que lucha contra la depresión y la ansiedad.
El dilema del erizo es introducido en un episodio y desarrollado en el siguiente (que lleva ese título), para explicar la tendencia de Shinji a alejarse para evitar el riesgo de ser herido.
"Con el tiempo lo resolverá. Parte de crecer consiste en intentar una y otra vez, mediante ensayo y error, encontrar la distancia adecuada para evitar hacerse daño", anticipa Misato, otro de los personajes principales.
Otra conocida mención apareció en "This emotional life", una serie de PBS (servicio de medios públicos de EE.UU) sobre la naturaleza de la felicidad, las relaciones y la condición humana, de boca de la autora del libro "Comer Rezar Amar", Elizabeth Gilbert.
“Los erizos que habían aprendido a generar su propio calor eran capaces de mantener la distancia más segura con otros, lo que no significaba necesariamente vivir una vida de aislamiento, sino simplemente no empalarse con otras personas", afirmó Gilbert.
"El camino hacia eso es el secreto más cercano a la felicidad que he aprendido jamás”.
Schopenhauer mismo había ido un poco más allá con aquello de la autogeneración de calidez.
Su escrito sobre los erizos terminaba diciendo "quien tiene mucho calor interior propio preferirá mantenerse alejado de la sociedad para evitar dar o recibir problemas o molestias".
El filósofo pensaba que todo eso que buscábamos en los otros lo podíamos encontrar en una soledad refinada por el desarrollo de nuestro intelecto y la profundización de nuestra apreciación del arte.
Si podíamos sumergirnos en un buen libro o elevarnos escuchando una gran obra musical, ¿para qué interactuar con seres humanos?
"Como regla general, se puede decir que la sociabilidad de un hombre es casi inversamente proporcional a su valor intelectual", declaró en otro ensayo.
Para los muy poco sociables, consideró, "la soledad es doblemente ventajosa".
"En primer lugar, le permite estar consigo mismo y, en segundo lugar, le impide estar con otros, una ventaja de gran importancia, dada la cantidad de restricciones, molestias e incluso peligros que existen en toda relación con el mundo".
Lo sabía de primera mano pues él prefería no arriesgarse a pincharse con las púas de los demás, así que vivió virtualmente aislado.
Tras una larga carrera filosófica, Schopenhauer murió en su apartamento de Frankfurt en 1860 a la edad de 72 años.
En sus últimos años recibió la aclamación que siempre había ansiado, pero nunca tuvo éxito en el amor... de los seres humanos, aunque sí de otros seres menos espinosos: los perros que siempre lo acompañaron
Lo digo desde el ego creo que es uno de los mejores comentarios si no el mejor que veran por la opinión tan critica que hare este tema es de los mejores que yo he visto en estos blogs : En la filosofía de Arthur Schopenhauer, la soledad y el aislamiento no son vistos como una maldición, sino como una elección sabia y hasta deseable para aquellos que valoran el desarrollo intelectual y el arte. Según Schopenhauer, la interacción social no es un requisito para la felicidad; de hecho, podría ser todo lo contrario. En su famosa parábola de los erizos, describe cómo estos animales se mantienen a distancia para evitar herirse mutuamente con sus púas, una metáfora que aplica a las relaciones humanas.
ResponderEliminarEl filósofo sostenía que quienes tienen una "calidez interior" bien desarrollada preferirán la soledad para evitar las molestias y peligros inherentes a la vida en sociedad. Para él, las conexiones humanas eran a menudo fuente de sufrimiento, y el verdadero bienestar se encontraba en la auto-suficiencia, en la compañía de un buen libro o la música, y en la distancia prudente de las "púas" de otros.
Esta perspectiva, aunque puede parecer pesimista, invita a una reflexión profunda sobre nuestras relaciones y lo que realmente necesitamos para ser felices. Schopenhauer nos reta a considerar si la compañía de otros es siempre necesaria o si, a veces, la verdadera paz se encuentra en la soledad cultivada.
Y para aquellos que piensen que este enfoque es demasiado sombrío, recordemos las palabras del optimista Voltaire: "El arte de la medicina consiste en distraer al paciente mientras la naturaleza cura la enfermedad." A veces, un poco de compañía, incluso si es un libro o una melodía, puede ser la medicina que necesitamos para sanar en la soledad.
El dilema del erizo ilustra la complejidad y los desafíos de las relaciones humanas. En esta historia, un grupo de erizos se enfrentan al frío invierno y buscan acercarse entre sí para mantenerse calientes. Sin embargo, al hacerlo, sus púas comienzan a pinchar a los demás, obligándolos a separarse nuevamente para evitar el dolor.
ResponderEliminarLa parábola simboliza la tensión inherente en las relaciones humanas: las personas necesitan acercarse para sentir conexión y apoyo, pero al mismo tiempo, esta proximidad puede causar conflictos, malentendidos o sufrimiento. Schopenhauer utiliza esta metáfora para reflexionar sobre la naturaleza de la interacción social, sugiriendo que, aunque anhelamos la cercanía con los demás, también debemos mantener una distancia prudente para evitar lastimarnos mutuamente.
En resumen, el dilema del erizo representa la paradoja de la convivencia humana: cómo equilibrar el deseo de intimidad con la necesidad de protegernos del daño emocional que puede surgir en las relaciones interpersonales.
El dilema del erizo refleja claramente como son las relaciones humanas en la actualidad, o apreciamos la soledad o no sabemos estar solos, no sabemos marcar limites, aunque concuerdo que si permanecemos solos y apreciamos nuestra soledad nos ahorramos demasiados problemas, pero al mismo tiempo no podemos estar solos siempre, es necesario entablar lazos con diversas personas. Relacionarse puede ser algo complicado a veces, y considero que no solo hablo por mi al considerar que la soledad es mejor muchas veces.
ResponderEliminarAl mismo tiempo, debemos buscar un equilibro de tal forma que al establecer relacione sepamos marcar limites y no desarrollar cierto apego hacia las otras personas, un equilibrio entre la cercanía y la distancia.
La parábola del erizo de Schopenhauer es una reflexión interesante, pero me parece que se queda un poco corta al ofrecer una solución real a la complejidad de las relaciones humanas. Es cierto que la necesidad de cercanía nos lleva a veces a herirnos, pero reducir el problema a un simple "mantén tu distancia" parece una simplificación excesiva. Las relaciones son mucho más que un balance entre calor y dolor; involucran empatía, comunicación, y un esfuerzo constante por comprender al otro. No estoy segura de que Schopenhauer, con su pesimismo, capture la riqueza de lo que significa realmente conectar con alguien. Tal vez, en lugar de enfocarnos tanto en evitar el dolor, deberíamos pensar más en cómo construir vínculos más sólidos que nos permitan sobrellevar esos momentos difíciles. Al final, vivir alejados para evitar heridas podría protegernos, pero también nos priva de experiencias que, aunque a veces dolorosas, nos enriquecen profundamente.
ResponderEliminarEstá metáfora que ilustra lo difícil que puede ser para los seres humanos equilibrar la necesidad de proximidad emocional con el miedo a herir o ser heridos.
ResponderEliminarSiento que esta metáfora refleja cómo nuestras relaciones pueden ser complejas y a veces dolorosas. Queremos acercarnos a los demás, compartir nuestras vidas, pensamientos y emociones, pero también tememos el dolor que puede surgir de la vulnerabilidad, la incomprensión o el rechazo. El dilema del erizo nos recuerda que la intimidad y la distancia son fuerzas en tensión constante en nuestras vidas, y que encontrar un equilibrio puede ser complicado.
Pero este dilema también nos invita a reflexionar sobre el valor de la vulnerabilidad y la importancia de la comunicación. Aunque acercarse a los demás conlleva riesgos, es en esa cercanía donde se encuentran la comprensión mutua y el verdadero calor humano. No se trata de evitar las relaciones por miedo al dolor, sino de aprender a navegar en ellas con empatía, respeto y cuidado, buscando ese espacio donde podemos ser nosotros mismos, sin lastimar ni ser lastimados.
El dilema del erizo, descrito por Schopenhauer, proporciona una visión fascinante y agridulce de la naturaleza de las relaciones humanas. En su parábola, varios erizos se acercan buscando calor en medio del frío, solo para separarse cuando el dolor de las púas de los demás se vuelve insoportable. Este ciclo de acercamiento y alejamiento simboliza el equilibrio difícil de lograr entre la necesidad de conexión y el riesgo de sufrir en el proceso.
ResponderEliminarSchopenhauer, conocido por su pesimismo, sugiere que nuestra búsqueda de intimidad a menudo está condenada a ser imperfecta. Las relaciones, según él, están marcadas por una lucha constante entre el deseo de cercanía y el miedo a ser heridos. Esta paradoja de necesitar el calor de otros, pero también temer el dolor que puede venir con esa cercanía, resuena profundamente con las experiencias humanas.
La relevancia de esta parábola se extiende más allá de la filosofía, influyendo en la psicología y la cultura popular. En el ámbito de la psicología, la parábola ha sido utilizada para ilustrar cómo las personas manejan la ambivalencia en las relaciones íntimas. Freud, por ejemplo, la incorporó en su análisis sobre los sentimientos encontrados en el amor y el odio. En la cultura popular, se refleja en series como "Neon Genesis Evangelion", donde los personajes luchan con la dificultad de establecer y mantener conexiones significativas sin lastimarse a sí mismos o a los demás.
El dilema del erizo destaca la importancia de encontrar una "distancia prudente" en las relaciones. La metáfora de Schopenhauer sugiere que, aunque la cercanía y la conexión son esenciales para combatir la soledad, también es crucial establecer límites para evitar el sufrimiento. Esta idea de la distancia necesaria para manejar la intimidad ha sido validada por estudios sobre el ostracismo y la reconexión interpersonal, que exploran cómo las personas responden a la exclusión social y buscan equilibrar sus relaciones.
Bajo mi entender el dilema del erizo de Schopenhauer ilustra la paradoja de la proximidad en las relaciones humanas. Los erizos, en un día frío, se acercan para compartir calor, pero al hacerlo, se lastiman con sus púas, por lo que deben mantener una distancia incómoda pero segura. Esta parábola refleja cómo en nuestras relaciones deseamos cercanía emocional, pero al mismo tiempo tememos herirnos mutuamente. La complejidad radica en encontrar el equilibrio entre la intimidad y la distancia, buscando conexión sin perder nuestra individualidad ni causar daño.
ResponderEliminarEl filósofo Arthur Schopenhauer describió un problema fundamental en las relaciones humanas en su obra y mencionó cómo las personas afrontan la necesidad de intimidad e independencia. Y también, la tensión entre la necesidad de conexión y el miedo a la conexión. Este dilema refleja lo que muchas personas experimentan: la cercanía a los demás puede brindar tanto consuelo como vulnerabilidad.
ResponderEliminarSin embargo, este dilema también puede verse como una visión algo pesimista de la naturaleza humana, que muestra que el dolor es inevitable en las relaciones íntimas. Así mismo, se puede interpretar que Schopenhauer enfatiza el dolor como un componente central de la vida social, lo que puede llevar a una visión defensiva o más cautelosa de las relaciones.
Lo que nos sugiere Schopenhauer es la importancia de encontrar el equilibrio en una relación. Demasiada distancia puede provocar aislamiento y soledad, mientras que demasiada cercanía puede provocar conflicto y dolor. La sabiduría está en aprender a gestionar la distancia óptima para que podamos comunicarnos sin perder nuestro sentido de identidad o bienestar.
El dilema del erizo, que ilustra cómo los erizos, al acercarse demasiado unos a otros para calentarse en el frío, se pinchan con sus espinas y deben encontrar una distancia intermedia para evitar el dolor, refleja una verdad fundamental sobre las relaciones humanas. Todos tenemos una necesidad inherente de conexión, de sentirse amados y acompañados, pero esa misma cercanía puede resultar dolorosa debido a nuestras imperfecciones y las de los demás.
ResponderEliminarAdemás, el dilema del erizo subraya la importancia de encontrar un equilibrio en nuestras relaciones, estableciendo límites saludables que nos permitan estar cerca de los demás sin hacernos daño. La solución no es una distancia absoluta ni una cercanía total, sino una distancia prudente, adaptada a las necesidades individuales de cada relación.
El tema que nos reúne esta semana sin duda corresponde a una de las parábolas mas apropiadas para descubrir la complejidad de las relaciones humanas precisamente por la universalidad de su relato, cuantos aquí en nuestra inocencia, no hemos confesado un secreto a algún familiar y posteriormente sido mofados públicamente por este, es casi que una experiencia universal el ser traicionado, pero aún lo es más el paso previo a él, ese que hacemos casi por instinto, aquel que nos surge sin saber por qué e impera sobre cualquier pensamiento, el de confiar en otro.
ResponderEliminarEn mi caso este dilema lo conocí por Neon Genesis Evangelion también, serie totalmente diferente al contenido mainstream que se consume por estos tiempos, una oda reflexiva, dedicada a sus personajes y sus conflictos internos, en los que vemos muchas veces nuestros propios defectos y arrepentimientos reflejados de una manera incomoda, por su cercanía a la realidad, en el capitulo que se menciona que precisamente introdujo este concepto, Shinji está cansado de la situación absurda que le toca enfrentar, su padre lo llama de vuelta bajo su ala solo para que fusione su conciencia temporalmente con un mecha y salga a dar guerra a entidades cósmicas con poderes supra-planetarios, Shinji al inicio acepta por su necesidad de buscar calor, aunque lo hayan abandonado todas las figuras que deberían haber velado por él, este las continua persiguiendo pues el frio de la soledad para un humano es degradante, elimina parte de su condición de ser, porque en nuestra propia psiquis esta ese deseo inherente, esa voluntad de perseguir calor aunque nos duela, el hecho de alejarnos de el porque nos lastima, es un lujo que nos podemos permitir a consecuencia de contar con él, es como poder despreciar una comida cuando no se está pasando hambre y de una lo declaro, el acto de socializar y confiar otros sujetos es tan integral al ser humano como lo es comer y la creación de lazos intersubjetivos no es una habilidad producto de una capacidad intelectual más elevada, es una necesidad natural propia de la especie, pero como decía el citado también en el texto, Albert Camus “El hombre es la única criatura que se niega a ser lo que es” lo que de inicio al menos desde el contexto de la serie se aleja de la visión inicial de Schopenhauer del asunto pues la soledad de Shinji no fue un aprendizaje, no fue una oportunidad de crecimiento, fue un evento que destruyo por completo su ego y la valoración propia que un individuo necesita, en toda la seria, Shinji es casi un infrahumano porque aunque tiene deseos, su odio hacia mismo es tal que reprime su voluntad constantemente, aun así en este capitulo parece que al fin se determina y piensa escapar de todo pero es solo ver a su figura mentora, aquella que le ha dado solo un poco de ese calor y lo ha lastimado ya con sus espinas, (porque Misato es también una figura aun distante de ser apta para brindar el lazo que Shinji necesita) para volver corriendo a pincharse (y vaya que si se va a pinchar) pero al individuo en ese momento no le importa, porque normalmente se presenta como un dilema de acercarse o no, o cual es la distancia adecuada, en mi percepción, que se asemeja mucho a la de la serie, al final es una necesidad, ir de lleno contra las espinas del otro y apretarse contra la barrera de su ego, creo que Shinji se arrepiente de irse, porque le entra la concepción del vértigo de Kierkegaard, se da cuenta que la decisión del dolor de compartir parte de la individualidad con otro o el frio de la intransigencia existencial, del silencio del mundo, son algo que solo el puede elegir y al final abraza la primera opción, ateniéndose a sus consecuencias, porque como ya he expuesto, es simple instinto, elegimos tener algo y sufrir por el que la realización de que no tenemos nada para sufrir, el ser necesita crecer y sabe que es imposible hacerlo de una manera sustancial sin el otro, por eso nos lanzamos.
por eso para mi el quid de la cuestión no esta en la distancia que debemos tomar, sino en que como puedo lidiar con mis propias espinas y ayudar a mi acompañante con las suyas, claro que no es a prueba de fallas y muchas veces se perderá, pero siempre he visto la vida como una apuesta y solo viven en verdad, los que juegan.
EliminarEl dilema que describe Schopenhauer es profundamente humano. Nos recuerda que, aunque ansiamos la calidez emocional que los demás pueden ofrecer, también debemos ser conscientes de los límites que necesitamos establecer para protegernos. Este equilibrio delicado entre cercanía y distancia es fundamental para mantener relaciones saludables, donde el respeto por los propios límites y los de los demás se vuelve esencial.
ResponderEliminarTambién que es normal sentir esta tensión entre querer estar con otros y al mismo tiempo necesitar nuestro espacio. No significa que haya algo mal con nosotros, sino que es parte de lo que significa ser humano. Establecer límites en nuestras relaciones es importante para protegernos y para que las relaciones funcionen sin que nos lastimemos.
Nos hace pensar en la importancia de encontrar satisfacción en nosotros mismos. Schopenhauer sugiere que si podemos generar nuestro propio “calor”, es decir, sentirnos bien con nosotros mismos, entonces no dependeremos tanto de los demás para ser felices. Esto no quiere decir que debamos alejarnos de todos, sino que es útil aprender a estar bien por nuestra cuenta.
la parábola del dilema del erizo nos invita a reflexionar sobre cómo manejamos nuestras relaciones, cómo equilibramos la cercanía con los demás, y cómo nos protegemos a nosotros mismos sin caer en la soledad o el aislamiento.
ResponderEliminarSchopenhauer utiliza esta parábola para describir la naturaleza de las relaciones humanas, que a menudo se caracterizan por una tensión entre la necesidad de conexión y la necesidad de protegerse del daño potencial que pueden causar los demás. Al igual que los erizos, las personas buscan cercanía y conexión, pero también temen ser heridas por las "púas" de los demás, como la crítica, el rechazo o la traición.
ResponderEliminarEsta parábola destaca la complejidad y la fragilidad de las relaciones humanas, y cómo debemos encontrar un equilibrio entre la apertura y la protección para mantener relaciones saludables y significativas.
LUIS ANGEL PALOMINO SAENZ
El dilema del erizo de Schopenhauer revela no solo la complejidad de las relaciones humanas, sino también la paradójica necesidad de vulnerabilidad en la búsqueda de conexión. La mayoría de las interpretaciones enfatizan el equilibrio entre la proximidad y la distancia, pero lo que a menudo se pasa por alto es la elección consciente que implica esta dinámica.
ResponderEliminarMás que un destino inevitable, el dilema del erizo podría entenderse como una elección constante: ¿hasta qué punto estamos dispuestos a exponernos al dolor para alcanzar la calidez de la cercanía? En un mundo que valoriza cada vez más la individualidad y la autosuficiencia, el dilema del erizo adquiere una relevancia moderna, sugiriendo que nuestra capacidad para establecer vínculos profundos depende no solo de un delicado manejo de nuestras "púas", sino de nuestra disposición a abrazar la vulnerabilidad como una forma de autenticidad.
Este enfoque transforma la parábola de una advertencia sobre los peligros del exceso de cercanía en una reflexión sobre el valor del coraje emocional. Es en la disposición a aceptar que la intimidad conlleva riesgos, donde reside la verdadera esencia de las relaciones humanas. En este sentido, el dilema del erizo no es solo una metáfora sobre el dolor, sino una invitación a reconsiderar lo que significa conectar genuinamente con los demás.
Art: Sebastián Galván Cogollo
la soledad o tener relaciones humanas... ¿buscar un equilibrio es lo ideal?
ResponderEliminaren la soledad nos refugiamos, nos hacemos fuertes e independientes, no vivimos angustiados por pensar que alguien nos dejará sin aliento si se va de nuestra vida, nos da esa coraza que nos hace sentir en el mundo 0 vulnerables, pero... ¿estar solo todo el tiempo te hace sentir pleno y feliz? si, siempre y cuando entendamos que debemos forjar carácter nosotros solos primero y aceptar que las personas son un segundo plano en nuestra vida y aunque por un lado es necesario convivir con personas para nuestras relaciones humanas, por otro; también es necesario aprender a no acostumbrarse a ellas, por ello, buscar un equilibrio es lo ideal, relacionarnos, vivir momentos buenos, pero mantener una distancia prudente que no nos haga sufrir en ese tipo de relaciones, la parábola del erizo nos hace meditar en si es necesario el dolor solo porque necesitamos de algo, me parece curioso que cuando se unen, se hacen daño y estando solos sufren de frio, ¿por qué no solo se quedan solos y esperan que su cuerpo se adapte al frío? el camino es igual de doloroso pero no nos hace depender de nada ni de nadie.
Schopenhauer, al describir esta parábola nos hace ver los desafíos y dificultades que tienen las relaciones humanas que estas presentan, no obstante considero que esos mismos desafíos son los que le dan sentido a la relación puesto que que si no hubieran caeríamos en la monotonía y de esa forma aburriéndonos por lo que es necesario buscar ese calor cómodo que describe el autor sin dejar atrás las espinas de los erizos. De igual forma también considero que las espinas y ese dolor generado por estas se debe sentir en algún punto de nuestras vidas para que así podamos encontrar nuestra distancia prudente y de la misma forma tomar ciertas precauciones al intentar coincidir con otra persona.
ResponderEliminarIndependientemente lo que suceda con x o y persona no debemos quitarnos el derecho a construir relaciones saludables y sanas ya que eso es lo que la mayoría de seres humanos algunos sin saber sobre las ´´púas´´ que conlleva y otros con el pellejo sangrado dispuestos a resistir una púa mas con la fiel convicción de que en algún momento dejara de doler .
Att: Jhan Luca Guzman Gaviria
Más allá de todo lo que representa el dilema del erizo, en cuanto las relaciones de intimidad y espacio personal, el miedo al rechazo o las expectativas que tenemos frente a las interacciones con las personas, pienso que el dolor nos hace grandes, nos hace fuerte y algo necesario para conocernos realmente.
ResponderEliminarSerá algo obvio, pero si las relaciones humanas no fueran complejas, simplemente no serían humanas, nuestra esencia está en eso. Nos cuesta entendernos, somos problemáticos, buscamos dilemas en todo, pero creo en que eso es lo que nos lleva apreciar las cosas más agradables y buenas de nosotros, es como si no conoces el caos no puedes disfrutar de la paz, si no experimentas la tristeza no sabrías lo increíble que es sentirse feliz y tal como lo habla la parábola la vulnerabilidad es necesaria para trascender en nuestras relaciones solo que aumenta el riesgo de un dolor más profundo, aun siendo así, considero que no habría porque limitarse o ver como algo malo ese “riesgo”, estarías dejando de vivir relaciones maravillosas solo por no mostrar lo más genuino de ti, de que puedes brindar cosas gratas y no tan placenteras e igualmente las personas a ti, sí, herimos y nos hieren pero es parte de vivir la experiencia humana ¿no?
Ahora, el tema con la soledad claramente dependerá de cómo cada uno prefiera llevar su vida, es completamente respetable y sabio el pensamiento de este filosofo sin embargo, creo que también es necesario relacionarnos con los demás para conocernos a nosotros mismos, es más, en muchas ocasiones cuando nos sentimos perdidos las personas de nuestro entorno llegan a ser un guía o son quienes nos muestran nuestros errores y espero no hacer una mala interpretación pero así sea que nos sumerjamos en libros, indirectamente estamos relacionándonos con ideas de otros, me atrevería a decir que este ejercicio nos lleva a producir casi las mismas molestias o problemas ¿O es qué cuando leemos no nos cuestionamos, nos enojamos, nos incomodamos, nos reímos, etc? Lo reitero, es lo más normal y humano, todo estaría en no irnos a los extremos, aprender a lidiar con nosotros mismos, al igual que con los demás y así conseguir “la distancia prudente”.
Esta lectura explora la paradoja del dilema del erizo, una metáfora de Arthur Schopenhauer sobre las relaciones humanas. Los erizos se acercan en el frío para darse calor, pero sus puyas les causan dolor, por lo que deben mantener una distancia segura. Este dilema refleja cómo, en las relaciones, necesitamos a otros para no sentirnos solos, pero al mismo tiempo, si nos acercamos demasiado, podemos herirnos.
ResponderEliminarSchopenhauer, conocido como el "filósofo del pesimismo", creía que nuestras vidas están marcadas por el deseo insaciable que nos lleva a sufrir o aburrirnos. Para él, la única forma de escapar de esto era a través del arte y la soledad. Aunque sus ideas pueden parecer tristes, también nos hacen reflexionar sobre la importancia de encontrar un equilibrio en nuestras relaciones, para evitar tanto la soledad como el daño emocional.
Este concepto ha sido útil para terapeutas como la psicóloga Deborah Luepnitz, que lo usa para ayudar a las personas a comprender que la soledad y las dificultades en las relaciones no son defectos personales, sino parte de la experiencia humana.
¿Qué tal si este erizo quiere pincharse?
ResponderEliminarMe pregunto por qué todos se afanan con buscar el gran equilibrio divino, solamente tenemos esta vida, este momento, este ínfimo segundo perdido en el universo para ser humanos, para sentir, para experimentar, ¿y tú vas a gastarlo buscando un balance entre azúcar y sal? Hermano, no temas: Abraza las púas del otro, deja que calen en tu corazón, que hieran tu latir, ¡siéntelas como tuyas! Hazlas propias, puedes hasta destruirlas, puedes admirarlas; incluso, puedes pintar estrellas en ellas con tu sangre cada media noche, puedes convertirlas en un espejo o hacer origami, puedes teñirlas de azúl o marrón, puedes charlar con ellas, puedes amistarlas, puedes permitir que toquen cada fibra de tu cuerpo, ¿Pero les guardas distancia? ¿De qué tienes miedo, corazón? ¿De qué supuesto dilema hablas? Si quieres quedarte dormido y también quieres tomar veneno con tu madre, ¿Por qué no mejor le cuentas a la luna lo que hiciste en la tarde del martes? Estás en toda la libertad de soñar con estrellas, pero cada mañana lamentarás que las marcas en tu cuerpo no provengan de estas. Y corre, ¡Corre! que pronto dan las seis, y tienes que mudarte porque a tu casa le salen pies. Corre, ¡Corre! pronto la araña dejará de tejer, y tú te crees tan especial, tan perfecto y tan diferente a los demás, que tus labios jamás podrán saborear lo dulce que se siente que tu cuerpo un día se convierta en miles de estrellas aplastadas, en polvo de hadas, en el último suspiro de una bala vieja y oxidada.
La vida es un rio: puedes ahogarte o nadar, pero si escoges la segunda, ama cada pequeño golpe que te de el agua.
Con un cuerpo adolorido y ensangrentado, escrito desde el cariño por Daniela Vergara ♥︎.
El erizo no puede ser topo...
ResponderEliminarPersonalmente no conocía el dilema del erizo, planteamiento que aunque sencillo en su estructura, en cuanto a su esencia me llamó mucho la atención por la profundidad de mensaje que acarrea consigo. De lo expuesto en la tertulia, quisiera resaltar la parte en la que se menciona, incluso por el mismo Schopenhauer, el que los erizos (nosotros), deben optar por generar un calor propio para evitar tener que lidiar con las púas de otros erizos, es decir, tomar una postura más individualista. Frente a esta afirmación se me genera un choque de ideas, porque es cierto que la soledad es importante para el individuo, ya que es en esta, donde pienso que se puede maximizar su desarrollo, y es por eso mismo que se habla de un crecimiento del "individuo", no de sociedad ni del colectivo, ya sea a través del intelecto, desarrollo de habilidades o lo que para mí es lo más esencial, el descubrimiento y entendimiento de nosotros mismos: ¿Quiénes somos? Sin embargo, no estoy de acuerdo con el extremismo al que llega el autor loco casi antisocial pesimista que solo encontró cómo formar y sobrellevar relaciones "sociales" con sus perros, pues siento que el erizo por más que sea capaz de generar su propio calor, este no será igual de fuerte y confortante al que los otros erizos te pueden brindar, además, viéndolo desde un punto de vista utilitarista, si combinas tu calor propio con el de los demás, eso te dará como resultado sentir que ese invierno es una tarde en coveñas acostado escuchando vallenato de fondo. A lo que quiero llegar con todo esto, es a la conclusión de que debemos entender la importancia de la soledad, ya que es solo en esta donde escuchamos nuestra propia voz ahí dentro de nuestra cabeza, la cual es sin duda la que siempre tiene algo que preguntarse, a su vez, aunque del otro lado, la parte donde el erizo intenta medir esa distancia con los otros erizos, es un proceso más difícil, arduo y que no solo depende de nosotros, no significa que no debamos de darle una y muchísimas oportunidades a intentar construir esos lazos que nos exigen vulnerabilidad para su fortalecimiento, es por esto que personalmente digo que el erizo no puede pensar ni actuar como aquel topo que se esconde en su agujero y no vuelve ha aparecer.
El dilema del erizo se refiere a la idea de pensar en la importancia de encontrar un equilibrio entre protegerse y abrirse a los demás. Si nos abrimos demasiado nos arriesgamos a ser lastimados, pero si nos cerramos mucho, podemos perder la oportunidad de conectarnos con otros. Este equilibrio es difícil de lograr, nuestras "púas" pueden limitarnos, por eso la importancia de la autoconciencia, debemos ser conscientes de nuestros mecanismos de protección; saber hasta qué punto podemos soportar las "púas" o si con el simple roce nos causa molestias.
ResponderEliminarQueremos cercanía, pero nuestros defectos nos hacen temer sobre el dolor que podrían causar las "espinas" de los demás o incluso pensar en el dolor que podríamos causar con las nuestras. Considero que este "sufrimiento" es necesario para encontrar la clave del equilibrio: acercarnos lo suficiente para tener esa calidez y apoyo mutuo, sin perder nuestra autenticidad y sin que la vulnerabilidad nos cause daño, ya que esta, aunque permite una comunicación más honesta y a menudo es necesaria para desarrollar confianza y empatía entre las relaciones, no garantiza que seamos aceptados o comprendidos de la manera en que deseamos.
Att: Isabella Bula Pájaro.
El dilema radica en que, aunque los erizos necesitan el calor de los demás para sobrevivir al frío, también necesitan mantener una distancia para no lastimarse. Este problema se refleja en las relaciones humanas: las personas buscan cercanía y conexión emocional con los demás, pero al mismo tiempo, pueden herirse mutuamente cuando se acercan demasiado, debido a las diferencias, los conflictos o las vulnerabilidades personales.
ResponderEliminarSchopenhauer utiliza esta metáfora para destacar la tensión entre la necesidad humana de intimidad y la tendencia a protegerse del dolor emocional que puede surgir de las relaciones cercanas. Según él, las personas deben encontrar una distancia adecuada que les permita mantener relaciones significativas sin causar demasiado daño o sufrimiento a sí mismas o a los demás.
Santiago Andrés De Mares
El dilema del erizo de Schopenhauer es una metáfora que describe la complejidad de las relaciones humanas, destacando la tensión entre la necesidad de conexión y la necesidad de autoprotección, también es importante mencionar las ventajas y desventajas que esta parábola tiene. Entre las principales ventajas están las siguientes
ResponderEliminar- Ilustrar la complejidad de las relaciones humanas
- Destacar la importancia de encontrar un equilibrio entre la conexión y la autoprotección
- Fomentar la reflexión sobre las propias necesidades y límites en las relaciones
Por otro lado también tenemos una serie de desventajas que representa esta parábola
- Puede ser interpretado como una visión pesimista de las relaciones humanas
- Simplifica en exceso la complejidad de las relaciones humanas
- No considera el crecimiento personal y el desarrollo emocional en las relaciones
- No aborda la importancia de la comunicación efectiva y el compromiso mutuo
En conclusión, el dilema del erizo es una metáfora útil para reflexionar sobre las relaciones humanas, pero es importante considerar una visión más matizada y optimista que tenga en cuenta la complejidad y el potencial de crecimiento en las relaciones.
Para mi el dilema del erizo de Schopenhauer encapsula la lucha en las relaciones humanas: deseamos la cercanía por necesidad, pero tememos el dolor que esta puede causar. La psicóloga Luepnitz utilizó esta parábola para ayudar a sus pacientes a comprender que el conflicto entre la necesidad de intimidad y el miedo a ser heridos es normal y común, no un defecto de carácter.
ResponderEliminarSchopenhauer, con su visión pesimista, sugiere que la verdadera solución podría estar en el desarrollo personal y la autogeneración de calidez, a través del arte y la introspección, lo que nos permitiría mantener una distancia segura en las relaciones sin caer en el aislamiento o el sufrimiento; el dilema del erizo, entonces, no es solo una reflexión sobre la dificultad de las relaciones, sino también una invitación a encontrar nuestra propia forma de manejar el inevitable roce entre nuestras necesidades de compañía y nuestro miedo al dolor.
La parábola puede parecer un tanto pesimista y simplificada, ya que sugiere que la solución a las complejidades de las relaciones es mantener una distancia prudente para evitar el dolor. Sin embargo, esta perspectiva no toma en cuenta la posibilidad de desarrollar habilidades emocionales que permitan una convivencia más armoniosa sin sacrificar la cercanía. Además, no ofrece soluciones prácticas para quienes buscan equilibrar el deseo de intimidad con la necesidad de protegerse de posibles daños emocionales.
ResponderEliminarLa reflexión sobre la soledad y el aislamiento como una forma de evitar el sufrimiento en las relaciones también puede ser vista como un enfoque unidimensional, que no considera la riqueza y el crecimiento que pueden derivarse de las interacciones humanas, a pesar de los riesgos involucrados. Aunque la soledad puede ser valiosa para el desarrollo personal, las relaciones también pueden ser una fuente de apoyo y bienestar cuando se manejan de manera saludable.
La parábola del erizo es una metáfora poderosa que invita a la reflexión, pero es importante equilibrar su mensaje con una visión más amplia que reconozca tanto los desafíos como las oportunidades que las relaciones humanas ofrecen.
El dilema del erizo del filósofo Schopenhauer, nos habla o retrata como el ser humano tiene dificultad en el desarrollo colectivo, nos muestra a través del ejemplo de los erizos que intentan pasar el frio con otros de sus especie, pero constantemente son lastimados por las espinas de los otros y ellos mismos lastiman a otros, entonces esto podemos llevarlo al plano humano y explicar como el desarrollo personal puede tener cavidad en la sociedad, pero que todos debemos tener una sana distancia porque de lo contrario podemos llegar a arruinar o estropear el desarrollo personal de cada uno. No creo que debamos irnos a los extremos de exagerar y llevar una vida en soledad solo por tener las capacidades y por el miedo a la influencia de los demás, pues es algo manejable, tal como en el ejemplo podemos adaptarnos a nuestro entorno y sobrevivir.
ResponderEliminaratt: Luisa Fernanda Barrios Negrete
Las relaciones interpersonales son esenciales para combatir la soledad y obtener apoyo, pero también implican el riesgo de sufrimiento y conflicto. La "distancia adecuada" que los erizos descubren simboliza los límites que debemos establecer para protegernos, sin llegar a aislarnos por completo. Este espacio no es físico, sino emocional, y se trata de aprender a abrirse y confiar con moderación.
ResponderEliminarEl mensaje subyacente es que, aunque la búsqueda de conexión humana está ligada al riesgo de dolor, la solución no es evitar las relaciones, sino manejarlas con sabiduría. Schopenhauer sugiere que la verdadera satisfacción no siempre proviene de los demás, sino del desarrollo interior: el intelecto, el arte, y una vida rica en pensamientos. Esto no significa renunciar a la sociedad, sino encontrar un balance entre la soledad y la compañía, y comprender que una vida enriquecida internamente puede ser más gratificante que depender en exceso de las relaciones externas.
Estamos condenados a que las relaciones íntimas, en términos psicológicos, sean imperfectas, puesto que, todos en algún momento hemos expresado una opinión, situación, o acto a alguien o a otro grupo de personas, y en el momento en el que esperamos una respuesta casual, corriente e incluso aburrida y efímera nos encontramos con algo que nos hiela las venas, paralizándonos ante la incomodidad y desasosiego que experimentamos frente al rechazo. Tenemos cosas tan normalizadas en nuestro interior que al momento de pensar en el hecho de exteriorizarlas nos damos cuenta de que no son tan comunes como creíamos. A la hora de llegar a ejecutar mediante una acción una idea que únicamente yacía en nuestra mente y encontrarnos con el repelús y aislamiento social, nos damos cuenta de que podríamos quedar desnudos enfrente de nuestro público, así conociendo nuestras penas, vergüenzas, debilidades y fortalezas, siendo así vulnerables a la violencia del otro. De esta manera es que se produce un desgaste emocional en las relaciones íntimas de los seres humanos, no podemos ser lo que somos, porque si somos lo que somos, le producimos una sensación de repulsión al otro ser que yace a nuestro alrededor.
ResponderEliminarA pesar de que muchas veces, por no decir que siempre, nuestra opinión no dañe, perjudique, o amerite el contrataque de la manada, es sonsacada de todo tipo de mérito por el simple hecho de decir algo muy revolucionario para los estándares del populismo.
Me parece muy interesante cuando el autor hace una relación entre los buenos modales y la cortesía que se tiene en el día a día con el autocontrol, debido a que sin esos buenos modales nos convertiríamos en máquinas de evisceración viendo todos los detalles que no nos gustan del otro ser.
Si bien es cierto que en todo grupo que se construya habrá diferencias en el pensamiento, algunas de esas diferencias abismales y otras de esas ínfimas, lo ideal es tener la inteligencia, en cuanto menos, suficiente para lidiar con las situaciones del día a día que trae consigo la condena existencial de la existencia fútil. En la vida incluso estamos condenados a relacionarnos con otros seres humanos gracias a la naturaleza del mismo ser humano, sin embargo, el acto de relacionarnos puede llegar a parecer más un juego de Espía vs. Espía en el que cada uno intenta realizar el mejor movimiento para que su identidad real no sea descubierta, convirtiéndose así el acto de relacionarse con otros en algo de todo menos natural. Por lo tanto, lo que propongo como antídoto a este vacío emocional complejo y profundo es intentar rodearse de gente a la cual si podamos tolerar de una manera mucho más manejable que al resto, dado que, con este grupo particular si notamos la diferencia de convivir con alguien irrelevante para nosotros. A pesar de nuestro contexto sociocultural, cuando presentemos este tipo de baches enormes en el camino, los cuales nos producen nauseas, lo ideal es rodearse de gente lo más parecida a nosotros, claro, si más faltaba, sin que se pierda la originalidad y esencia de la otra persona deseada que nos rodea; una persona que de no tenerla, sintamos en carne viva el peso de su ausencia, porque sin ella estar presente es cuando notaremos la falta de placer, felicidad, seguridad, escape, complementación y entendimiento que nos brinda con su presencia ese ser o seres que no somos nosotros y en nuestro egoísmo de querer que sea nuestro es donde encontraremos nuevamente el dolor de su ausencia, por ende, es importante conseguir a alguien así, ya que aunque si solo llegas a conseguir una persona que te complemente a tal nivel la vida empezara a valer muchísimo más la pena.
El dilema del erizo nos hace entrar en razón sobre lo que realmente se tratan las relaciones hoy en día, y no solo las relaciones, sino también el hecho de que el ser humano sufre de una constante alteración en la facultad de proximidad a otros; ambos factores nos inducen a un deterioro de nuestra capacidad de crear lazos duraderos con los demás.
ResponderEliminarEste nos demuestra con diferentes aspectos lo que nos sucede y el por qué de que esto esté mal; el hecho de que no sepamos estar solos y de que cuando nos encontramos en una relación no estamos satisfechos o nos sentimos mal con nuestra pareja por no saber escoger.
Cuando estamos solos sentimos la necesidad de estar con alguien, porque nos sentimos vacíos e incompletos, lo que nos hace buscar aquello que nos hace falta en cualquier persona, sin tener un criterio racional sobre lo que estamos haciendo y cuando ya nos encontramos en esta relación, nos hacemos daño, porque no somos todo lo que buscábamos el uno en el otro, pero por el simple hecho de no estar solos preferimos seguir haciéndonos daño, con la excusa de que es algo pasajero y encontrarán la solución.
Debemos aprender a tomar distancia prudente de todo este daño, así como lo dice la parábola, debemos aprender a estar solos, no como un fracaso personal, sino como una condición del ser humano, ya que esto es totalmente normal; de igual forma debemos aprender lo que conlleva tener una relación, cómo mantenerla y cómo no hacerse daño mutuamente, para así lograr un equilibrio y sanar.
DILEMA DEL ERIZO?
ResponderEliminarWOW que real es esto, entre mas nos acercamos mas daño hacemos con nuestras espinas y creo que mas que ver la escencia del dilema es ver la consecuencia del mismo, muchas veces cuando le tememos tanto al dolor simplemente nos convertimos en personas que preferimos no acercarnos tanto, no abrimos tanto, no mostrarnos tal y como somos por miedo a ser abusados, si, abusados, porque cuando alguien conoce todo de ti, lo bueno, lo malo, lo que te hace fuerte y debil tiene un arma contra ti, en cierto momento fui asi, ya estaba llena de espinas y con cicatrices de esas heridas pasadas que cuando volvi a encontrarme con alguien temí a ser lastimada nuevamente y no quise acercarme, pero a veces llega una contraposición al dilema y es la solución al mismo, la razón esata en ¿Que hago yo para no lastimar? Y ¿Que me garantiza a mi que tu no lo haras? Muchas personas entienden eso, tanto asi que te enseñan, te dejan ver que sus espinas son romas y tienen protectores para que a la hora de acercarte no te lastimen, protectores como el respeto, la confianza y la empatia, todo dilema tiene su solución y a veces la solucion viene con la persona.
ATT: GABRIELA CARO
El dilema del erizo es una metáfora acuñada por el filósofo Arthur Schopenhauer para describir la complejidad de las relaciones humanas. Esta metáfora muestra que, al igual que los erizos que se acurrucan en busca de calor pero les pican en la espalda, las personas buscan cercanía y conexión, pero a menudo terminan lastimándose unos a otros debido a sus errores y no pensaron en él.
ResponderEliminarEn mi opinión, El dilema del erizo es un retrato preciso de las relaciones humanas porque:
1. Muestra la tensión entre el deseo de conectarse y la vulnerabilidad que conlleva. 2. Date cuenta de que las personas tienen debilidades y limitaciones que pueden dañar a otros.
3. Muestra que la intimidad y la intimidad pueden ser dolorosas, pero gratificantes.
Sin embargo, creo que esta metáfora se puede interpretar porque:
1. No todas las personas son "erizos" en el sentido de que todos tienen espinas.
2. Las relaciones son saludables y ricas si se basan en la compasión, el respeto y la comunicación efectiva.
En resumen, el dilema del erizo es una metáfora para comprender la complejidad de las relaciones humanas, pero no debe tomarse como una verdad absoluta. Las relaciones pueden ser dolorosas y divertidas dependiendo de cómo las abordes..
- María juliana Ricardo morelo
Es interesante como explora un concepto filosófico profundo a través de una parábola, relacionándolo con las dificultades inherentes a las relaciones humanas y la lucha entre la necesidad de conexión y el miedo al dolor emocional, encapsulando la dualidad de la cercanía y el dolor en las relaciones humanas; destaca mucho las referencias a Freud y la serie “Neon Genesis Evangelion”, lo que a mi parecer enriquece el análisis y muestra la relevancia de la parábola en diferentes contextos.
ResponderEliminarAunque la parábola es intrínsecamente pesimista, siento que el texto podría haberse beneficiado de un contrapunto o una perspectiva más optimista sobre la posibilidad de relaciones saludables, el texto es reflexivo y logra conectar la filosofía de Schopenhauer con aspectos contemporáneos, pero podría beneficiarse de un mayor equilibrio en las perspectivas sobre la naturaleza humana y las relaciones, aun así gustándome mucho porque me ubica en una perspectiva muy diferente a lo que estoy acostumbrada.
Yulieth Yanet Arboleda Agudelo
“Toda vida es sufrimiento”. Arthur Schopenhauer.
ResponderEliminar¿Cómo dejamos de sufrir? Es la compleja pregunta que todos los días enfrentamos sin éxito alguno. La voluntad es algo sobre lo que el ser- ahí (dasein) no tiene control. Sin embargo, Schopenhauer a través de su filosofía, nos deja una especie de brújula que tal vez, nos pueda ayudar un poco.
El dilema del erizo es una herramienta que nos enseña la complejidad de las relaciones humanas, sirve para darse cuenta de cómo el espectro social puede influir de formas negativas en nuestras vidas y por eso algunas veces, es prudente buscar una distancia adecuada, en especial con un tema tan complejo como el amor.
Jacques Lacan, psicoanalista francés nos dice: “amar es dar lo que no tienes a quien no es”. En ese sentido el amor es una forma de idealizar al otro y por eso sufrimos tanto al momento de amar, porque el otro no puede cumplir con todas nuestras expectativas. Según el mismo Lacan, el amor verdadero es aquel que no idealiza y de ahí la importancia de trabajar en nuestras relaciones.
Volviendo a Schopenhauer, creo que retomar su metafísica nos puede ayudar a evitar tanto sufrimiento, conocer también la influencia que tuvo la cultura oriental en este sujeto, religiones antiguas como el hinduísmo y el budismo, que no hablan de Dios, sino que buscan la iluminación o como diría Friedrich Nietzsche: “estan hablando mi lenguaje, más allá del bien y del mal”.
Att: Álvaro Potes García.
El dilema del erizo es una metáfora de las relaciones humanas, donde las personas buscan cercanía emocional para sentirse conectadas y queridas, pero al mismo tiempo, tienen miedo de lastimarse mutuamente o de ser vulnerables, aunque es una metáfora poderosa sobre las relaciones humanas, también tiene limitaciones cuando se analiza críticamente. Su enfoque en la distancia como la única solución al problema del dolor en las relaciones puede ser visto como simplista. En realidad, las relaciones humanas son mucho más complejas y están llenas de matices que no se pueden reducir solo a la idea de "mantener distancia" para evitar el dolor.
ResponderEliminarPrimero, el dilema asume que el dolor en las relaciones es inevitable y que la única manera de mitigarlo es mantener una distancia emocional. Esto puede ser una visión pesimista y restrictiva de las relaciones. En lugar de solo enfocarse en evitar el dolor, podríamos considerar formas de enfrentarlo, comprenderlo y superarlo juntos. El crecimiento en las relaciones a menudo ocurre a través de la confrontación de esos momentos incómodos
La veracidad que tiene este dilema del erizo, la forma como nos muestra momentos palpables del día a día, desde una percepción un poco filosófica nos demuestra como este par de animales que buscan entre sí un bienestar propio. No son capaces de lograrlo, de igual forma en la vida se refleja esto. Por más que quiere alguien tratar de forma conjunta beneficiarse, siempre hay algo que evita. Muchas veces nos acercamos a alguien con el fin prospero de conseguir un mejor momento, y más que todo vendría siendo un juego de azar donde no se sabe de qué forma se podría lastimar, en la parábola representado con las espinas de los erizos. De esta forma considero lo necesario que son estos dolores, que enfrentamos ya que es ahí cuando conocemos el tipo de personas que nos rodean, nos volvemos más resilicentes y así tomamos de aquel dolor un beneficio a futuro.
ResponderEliminarEl dilema del erizo de Schopenhauer me parece una metáfora brillante sobre la naturaleza de las relaciones humanas. Refleja perfectamente cómo buscamos la cercanía por necesidad, pero al mismo tiempo, debemos mantener una distancia para evitar el dolor que viene con la vulnerabilidad. Es un recordatorio de que las relaciones siempre requieren un equilibrio delicado entre conexión e independencia. Me hace pensar que, aunque la soledad tiene sus ventajas, el verdadero desafío es encontrar la "distancia prudente" que nos permita disfrutar de la compañía sin lastimarnos. ATT: Maríaliz Quintero Durango
ResponderEliminarEste dilema refleja lo difícil que es encontrar un equilibrio en nuestras relaciones. Por un lado, necesitamos acercarnos a los demás para no sentirnos solos, pero cuando lo hacemos, corremos el riesgo de salir lastimados, aiempre habrá esa duda de seguir al corazón o alejarse para no experimentar ese dolor. Esto muestra que en las relaciones siempre hay un conflicto entre la necesidad de intimidad y el miedo al dolor. Schopenhauer creía que la solución estaba en la distancia adecuada o en desarrollar nuestra independencia para depender menos de los demás. Personalmente, considero que su visión es pesimista, sin embargo esta resalta la importancia de los límites y de saber cuándo acercarse o alejarse para mantener nuestra paz.
ResponderEliminarA veces hemos sido erizos, a veces nos hemos encontrado a erizos en nuestro camino, y no hemos sabido cómo manejarlo. Queremos paz, pero no soledad, queremos caos, pero sin que nos consuma. Es una lucha constante entre el querer y el deber, porque queremos esa adrenalina que las espinas de otros son capaz de encendernos u ofrecernos, pero sabemos que no debemos quererlas porque entre más nos acerquemos más nos va a doler, más vamos a sufrir.
ResponderEliminar¿Qué hacer entonces? Podríamos decir que tratar de encontrar un equilibrio perfecto entre el dolor y la estabilidad para no sufrir en nuestras relaciones. Sin embargo, aunque tratemos de amortiguar el daño ahí siempre va a estar. Lo que hay hacer es aprender a vivir con él, porque sin dolor no hay resultado, y si queremos llenar el frío de nuestro corazón con el calor del otro, debemos aprender a aceptar y amar sus espinas, porque estas siempre nos recordarán que sentimos, y que nunca dejaremos de sentir.
By: Luz Angela Chima...
Personalmente, encuentro este dilema del erizo tal como lo describe la primera paciente de Deborah Luepnitz, reconfortante. Y continuando aquella postura, considero que pudo ser vista de esta manera por lo que antes de escucharla pensaba de sí misma, que ella era un problema. Supongo entonces que se refiere a aquellas relaciones interpersonales en las que consideramos que algo en nuestra personalidad y en nuestro actuar nos hace responsables de las actitudes de los demás o de los problemas que puedan resultar de aquel compartir de momentos y emociones. Pero este dilema del erizo nos muestra como es tan fácil crear un vínculo vicioso al desarrollar este proceso de aprender a relacionarse. Porque por un lado nos encontramos con el frío que podemos reconocer como la soledad, que hace que el erizo busque desesperadamente de compañía para calentarse, pero a veces esta compañía nos asfixia tanto como para lastimarnos, y es allí donde empieza aquel vicio de alejarnos demasiado o acercarnos en exceso. Y encontrar el balance realmente no es algo sencillo, yo lo considero más bien como una utopía, pues es de mucho trabajo y lleva mucho dolor de por sí. Por lo que tal vez no era cuestión de buscar de otro erizo sino de otro animal para sobrellevar aquel frío aterrador.
ResponderEliminarEste dilema del Erizonos enseña que las relaciones humanas son naturalmente o dificilmente muy complejas debido a la necesidad de equilibrio entre la cercanía y la distancia y aunque anhelamos la conexión con los demás, debemos reconocer y aceptar las limitaciones y el potencial de daño que pueden surgir al estar demasiado cerca. Podemos decir entonces que debemos encontrar un punto intermedio, en donde podamos disfrutar de la compañía sin lastimarnos mutuamente, es fundamental para mantener relaciones sanas y equilibradas.
ResponderEliminarLauren blanquicett
EliminarApoyando lo que dice Schopenhauer pienso que ese fragmento del erizo tiene un trasfondo gigantesco debido que si lo traemos a la realidad, se ve en el diario vivir. Claro ! En las famosas relaciones tóxicas en las que supuestamente entre más daño se hacen, más se aman. Pienso que esas relaciones están seriamente influenciadas por muchas series o novelas en las que idolatran al hombre que es malo, que es rudo, que que es maleante, el mujeriego, el que trata mal. Y desmeritan los buenos tratos, al hombre que busca algo serio, que queiro algo sano y estable. Pienso que en nuestra selva de cemento hay muchos erizos que por no saber estar solo, prefieren enterrarse un espina en el corazón.
ResponderEliminarATT : LEONARDO SEGURA
Desarrollar la autosuficiencia emocional y no depender completamente de los demás es clave para establecer relaciones saludables. Al hacerlo, podemos mantener una distancia segura tanto para nosotros como para los demás. Sin embargo, para que esta autosuficiencia o "calor" mejore por completo, debemos enfrentar las dolorosas experiencias de la vida y aprender a sentirnos completos en nuestra propia soledad. Esto nos permitirá establecer límites saludables y evitar que otros nos lastimen.
ResponderEliminarEn la actualidad, muchas personas buscan cercanía para evitar la soledad, mientras que otras se alejan por miedo a ser heridas. Las relaciones interpersonales pueden ser intensas, pero a menudo son igualmente superficiales.
En mi opinión, el dilema del erizo de Arthur Schopenhauer es una parábola maravillosa que siempre puede impulsarnos a buscar la distancia sana y prudente en nuestras relaciones y nos hace recordar que el dolor es parte del crecimiento personal, sin él caeríamos en la monotonía y en el aburrimiento.
Katerine Higuita Loaiza
Cristian Andrés Rudiño reyes
ResponderEliminarLa parábola se utiliza para ilustrar la tensión entre la necesidad humana de proximidad y conexión (el deseo de calentarse) y la inevitabilidad del sufrimiento y el daño que puede surgir en las relaciones interpersonales (las espinas que se pinchan).
La parábola sugiere que, al igual que los erizos, los seres humanos estamos atrapados en esta tensión, y que no hay una solución fácil para equilibrar nuestra necesidad de conexión con la posibilidad de sufrimiento. Esta metáfora se ha utilizado para describir la complejidad de las relaciones humanas y la dificultad de encontrar un equilibrio entre la intimidad y la independencia.
Podemos observar que el dilema del erizo de Schopenhauer es una metáfora que refleja la tensión entre la necesidad humana de conexión y la inevitabilidad de los conflictos en las relaciones humanas. Aunque puede ser visto como una visión pesimista, también puede ser visto desde desde una manera más como un llamado a la introspección y la autoreflexión para comprender mejor nuestras propias necesidades y límites en estas relaciones. El dilema del erizo nos ayuda a observaf que aveces mejor es encontrar un equilibrio entre la cercanía y la autonomía, y a trabajar en la comunicación efectiva y la resolución de conflictos para construir relaciones humanas más saludables y satisfactorias.
ResponderEliminarAtt: Miguel Ángel Dorado Padilla
El dilema del erizo de Schopenhauer es una poderosa metáfora que captura la esencia de las relaciones humanas, en las que el deseo de proximidad se enfrenta constantemente al riesgo de sufrir. En este sentido, la parábola revela una verdad fundamental: el equilibrio en las relaciones no es solo una cuestión de acercarse o alejarse, sino de encontrar un punto intermedio donde la conexión no comprometa la integridad personal.
ResponderEliminarLa relevancia del dilema del erizo trasciende la filosofía, y su influencia en la psicología demuestra cuán profundamente este conflicto resuena en el ser humano. Al igual que los erizos, los seres humanos buscan el calor de la compañía, pero deben aprender a manejar la vulnerabilidad y el dolor que esta puede conllevar. Esta búsqueda de una "distancia prudente" en las relaciones no es solo una estrategia para evitar el sufrimiento, sino una forma de preservar la individualidad mientras se mantiene el vínculo.
El dilema, por lo tanto, no solo habla de la dificultad de las relaciones, sino también de la necesidad de aceptar su naturaleza imperfecta. A través de la comprensión de este equilibrio, podemos acercarnos a los demás de manera más consciente, reconociendo que la intimidad no se trata de una fusión total, sino de una danza delicada entre la cercanía y la distancia.
Att: Andrés Antonio Paternina y llorente
La parábola del erizo de Schopenhauer nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de las relaciones humanas y nuestra búsqueda de conexión y intimidad. Aquí hay algunas reflexiones clave:
ResponderEliminar1. Dualidad de las relaciones: La parábola muestra que las relaciones pueden ser tanto fuente de calor y consuelo como de dolor y heridas.
2. Miedo al daño: Tememos lastimar o ser lastimados, lo que nos lleva a establecer distancias y barreras.
3. Equilibrio necesario: Encontrar la "distancia adecuada" es crucial para navegar las relaciones de manera saludable.
4. Soledad como refugio: La parábola sugiere que la soledad puede ser una opción válida para aquellos que prefieren evitar el riesgo de daño.
5. Autoconocimiento y crecimiento: La parábola nos anima a explorar nuestras propias necesidades y límites para establecer conexiones más auténticas.
6. Imperfección inherente: Las relaciones nunca serán perfectas; debemos aceptar y navegar sus imperfecciones.
7. Valor de la empatía y la comprensión: La parábola nos recuerda la importancia de ser conscientes de las necesidades y miedos de los demás.
8. Reflexión personal: Nos invita a cuestionarnos sobre nuestros propios patrones de relación y cómo podemos encontrar un equilibrio saludable.
La parábola del erizo nos ofrece una visión profunda y matizada de las relaciones humanas, recordándonos que la conexión y la intimidad requieren vulnerabilidad, empatía y autoconocimiento.
Att Raúl Rhenals
Es importante notar que la interpretación del dilema no es unívoca. Si bien el pesimismo de Schopenhauer es un punto de partida, la mayoría de las interpretaciones posteriores han tendido a enfatizar la posibilidad de encontrar un equilibrio saludable entre la conexión y la soledad. Además, el texto podría beneficiarse de una exploración más profunda de las críticas al pesimismo de Schopenhauer y de las alternativas filosóficas que han surgido desde entonces. A pesar de estas consideraciones, el artículo constituye una valiosa contribución al entendimiento de una metáfora que sigue siendo relevante en el mundo contemporáneo.
ResponderEliminarMuy interesante. El dilema del erizo realmente capta la complejidad de las relaciones humanas y cómo lidiamos con la soledad, al conectar las ideas de Freud y Schopenhauer con experiencias actuales logras que el tema se sienta relevante y muy cercano como por ejemplo, pensar en alguien que ha pasado por una ruptura amorosa o haya sufrido una perdida, puede que se sienta tentado a aislarse para evitar el dolor, pero al mismo tiempo, esa soledad puede intensificar su anhelo de conectar con otras personas. Las referencias culturales que se mencionan como "Neon Genesis Evangelion" ayudan a ilustrar estos sentimientos de una manera que muchos podemos entender. Sin embargo, sería interesante también considerar cómo diferentes culturas ven la soledad y la conexión social, ya que en algunas sociedades pues la verdad es que la comunidad juega un papel crucial en el bienestar emocional. Además, aunque se crítica la idea de que la soledad es un "fracaso personal", también se podría explorar cómo las relaciones pueden enriquecer nuestras vidas de maneras que la soledad no puede.
EliminarSin embargo, pienso que desde la perspectiva de Schopenhauer, estar solo uno mismo puede ser visto como una oportunidad para escapar de las distracciones y sufrimientos que a menudo surgen en las interacciones sociales. Schopenhauer creía que la vida está marcada por el deseo y el sufrimiento, y que la compañía de otros a menudo intensifica estos sentimientos. En la soledad, uno puede encontrar un refugio donde puede reflexionar sobre la naturaleza de la existencia y la condición humana sin las influencias externas que pueden distorsionar nuestra percepción.
La soledad, en este sentido, se convierte en un medio para alcanzar una mayor comprensión de uno mismo y del mundo. Al estar solo, podemos contemplar nuestras propias ideas y emociones, lo que nos permite desarrollar una visión más clara y auténtica de la vida. Schopenhauer también valoraba la creatividad y la contemplación estética, sugiriendo que en la soledad podemos sumergirnos en el arte, la música y la filosofía, encontrando consuelo y significado en estas experiencias. Así, desde su perspectiva, la soledad no solo es un estado de aislamiento, sino una vía para la introspección y el crecimiento personal, donde uno puede encontrar una forma de paz y resignación ante las inevitables dificultades de la vida. A veces lo más satisfactorio es ponerse las diademas y desconectarse por un rato.
Muy interesante. El dilema del erizo realmente capta la complejidad de las relaciones humanas y cómo lidiamos con la soledad, al conectar las ideas de Freud y Schopenhauer con experiencias actuales logras que el tema se sienta relevante y muy cercano como por ejemplo, pensar en alguien que ha pasado por una ruptura amorosa o haya sufrido una perdida, puede que se sienta tentado a aislarse para evitar el dolor, pero al mismo tiempo, esa soledad puede intensificar su anhelo de conectar con otras personas. Las referencias culturales que se mencionan como "Neon Genesis Evangelion" ayudan a ilustrar estos sentimientos de una manera que muchos podemos entender. Sin embargo, sería interesante también considerar cómo diferentes culturas ven la soledad y la conexión social, ya que en algunas sociedades pues la verdad es que la comunidad juega un papel crucial en el bienestar emocional. Además, aunque se crítica la idea de que la soledad es un "fracaso personal", también se podría explorar cómo las relaciones pueden enriquecer nuestras vidas de maneras que la soledad no puede.
EliminarSin embargo, pienso que desde la perspectiva de Schopenhauer, estar solo uno mismo puede ser visto como una oportunidad para escapar de las distracciones y sufrimientos que a menudo surgen en las interacciones sociales. Schopenhauer creía que la vida está marcada por el deseo y el sufrimiento, y que la compañía de otros a menudo intensifica estos sentimientos. En la soledad, uno puede encontrar un refugio donde puede reflexionar sobre la naturaleza de la existencia y la condición humana sin las influencias externas que pueden distorsionar nuestra percepción.
La soledad, en este sentido, se convierte en un medio para alcanzar una mayor comprensión de uno mismo y del mundo. Al estar solo, podemos contemplar nuestras propias ideas y emociones, lo que nos permite desarrollar una visión más clara y auténtica de la vida. Schopenhauer también valoraba la creatividad y la contemplación estética, sugiriendo que en la soledad podemos sumergirnos en el arte, la música y la filosofía, encontrando consuelo y significado en estas experiencias. Así, desde su perspectiva, la soledad no solo es un estado de aislamiento, sino una vía para la introspección y el crecimiento personal, donde uno puede encontrar una forma de paz y resignación ante las inevitables dificultades de la vida. A veces lo más satisfactorio es ponerse las diademas y desconectarse por un rato.
La lectura de este texto sobre el dilema del erizo me lleva a reflexionar sobre la complejidad de las relaciones humanas y la importancia de encontrar un equilibrio en nuestras interacciones sociales. Schopenhauer, con su filosofía pesimista, ofrece una visión cruda de la naturaleza humana, donde la búsqueda de conexión y la necesidad de afecto están en constante tensión con el miedo al dolor y al sufrimiento.
ResponderEliminarEl testimonio de la paciente que se siente vacía sin una relación y asfixiada cuando se acerca demasiado a alguien resuena profundamente con la parábola del erizo. La paradoja que describe Schopenhauer –donde la necesidad de cercanía choca con el peligro de lastimarse mutuamente– es un reflejo de la experiencia humana de sentirnos atrapados entre el aislamiento y la vulnerabilidad que conlleva la intimidad.
Desde una perspectiva jurídica, el dilema del erizo también puede ser visto como una metáfora de los límites que el derecho establece en las relaciones humanas. Así como la cortesía y los buenos modales son mecanismos para mantener una "distancia prudente" en las interacciones personales, el derecho actúa como un marco regulador que permite la convivencia sin que las "púas" de los demás nos dañen. Sin embargo, el hecho de que estos mecanismos no resuelvan completamente el dilema subraya la inevitabilidad del conflicto y la insatisfacción en las relaciones, lo que podría ser interpretado como una limitación intrínseca tanto en el ámbito interpersonal como en el jurídico.
Finalmente, la idea de Schopenhauer de que la verdadera satisfacción se encuentra en la soledad y en el desarrollo del intelecto plantea una pregunta crucial sobre la naturaleza de las relaciones humanas: ¿Es posible que la búsqueda constante de compañía sea una trampa que nos mantiene alejados de una paz más profunda? Como futuros abogados, esta reflexión también nos invita a considerar cómo el derecho puede equilibrar la protección de la individualidad y la necesidad de interacción social, sin caer en la imposición de soluciones que puedan parecer más restrictivas que liberadoras.
Isabela Sabogal
La metáfora de los erizos buscando calor en un día frío, pero hiriéndose mutuamente con sus púas, nos habla de una realidad universal: nuestra necesidad de conexión y nuestro temor al daño. Schopenhauer, con su ingeniosa parábola, nos invita a reflexionar sobre el delicado equilibrio entre la intimidad y la distancia en nuestras relaciones. En el fondo, todos anhelamos el calor humano, pero también sabemos que la cercanía puede traer consigo heridas. Esta tensión constante entre el deseo de pertenecer y el miedo al sufrimiento es una experiencia profundamente humana.
ResponderEliminarEl dilema del erizo nos recuerda que las relaciones son complejas y requieren de un constante ajuste. No se trata de elegir entre la soledad y el dolor, sino de encontrar un punto medio donde podamos conectar con los demás sin perder nuestra individualidad. Al comprender esta dinámica, podemos desarrollar habilidades sociales más saludables y construir relaciones más significativas. La parábola de Schopenhauer nos invita a ser más conscientes de nuestras propias necesidades y de las de los demás, y a buscar formas de satisfacer ambas sin sacrificar nuestra bienestar emocional.
Att: rafael gonzalez
La metáfora de los erizos buscando calor en un día frío, pero hiriéndose mutuamente con sus púas, nos habla de una realidad universal: nuestra necesidad de conexión y nuestro temor al daño. Schopenhauer, con su ingeniosa parábola, nos invita a reflexionar sobre el delicado equilibrio entre la intimidad y la distancia en nuestras relaciones. En el fondo, todos anhelamos el calor humano, pero también sabemos que la cercanía puede traer consigo heridas. Esta tensión constante entre el deseo de pertenecer y el miedo al sufrimiento es una experiencia profundamente humana.
ResponderEliminarEl dilema del erizo nos recuerda que las relaciones son complejas y requieren de un constante ajuste. No se trata de elegir entre la soledad y el dolor, sino de encontrar un punto medio donde podamos conectar con los demás sin perder nuestra individualidad. Al comprender esta dinámica, podemos desarrollar habilidades sociales más saludables y construir relaciones más significativas. La parábola de Schopenhauer nos invita a ser más conscientes de nuestras propias necesidades y de las de los demás, y a buscar formas de satisfacer ambas sin sacrificar nuestra bienestar emocional.
Rafael Gonzalez
Muy interesante. El dilema del erizo realmente capta la complejidad de las relaciones humanas y cómo lidiamos con la soledad, al conectar las ideas de Freud y Schopenhauer con experiencias actuales logras que el tema se sienta relevante y muy cercano como por ejemplo, pensar en alguien que ha pasado por una ruptura amorosa o haya sufrido una perdida, puede que se sienta tentado a aislarse para evitar el dolor, pero al mismo tiempo, esa soledad puede intensificar su anhelo de conectar con otras personas. Las referencias culturales que se mencionan como "Neon Genesis Evangelion" ayudan a ilustrar estos sentimientos de una manera que muchos podemos entender. Sin embargo, sería interesante también considerar cómo diferentes culturas ven la soledad y la conexión social, ya que en algunas sociedades pues la verdad es que la comunidad juega un papel crucial en el bienestar emocional. Además, aunque se crítica la idea de que la soledad es un "fracaso personal", también se podría explorar cómo las relaciones pueden enriquecer nuestras vidas de maneras que la soledad no puede.
ResponderEliminarSin embargo, pienso que desde la perspectiva de Schopenhauer, estar solo uno mismo puede ser visto como una oportunidad para escapar de las distracciones y sufrimientos que a menudo surgen en las interacciones sociales. Schopenhauer creía que la vida está marcada por el deseo y el sufrimiento, y que la compañía de otros a menudo intensifica estos sentimientos. En la soledad, uno puede encontrar un refugio donde puede reflexionar sobre la naturaleza de la existencia y la condición humana sin las influencias externas que pueden distorsionar nuestra percepción.
La soledad, en este sentido, se convierte en un medio para alcanzar una mayor comprensión de uno mismo y del mundo. Al estar solo, podemos contemplar nuestras propias ideas y emociones, lo que nos permite desarrollar una visión más clara y auténtica de la vida. Schopenhauer también valoraba la creatividad y la contemplación estética, sugiriendo que en la soledad podemos sumergirnos en el arte, la música y la filosofía, encontrando consuelo y significado en estas experiencias. Así, desde su perspectiva, la soledad no solo es un estado de aislamiento, sino una vía para la introspección y el crecimiento personal, donde uno puede encontrar una forma de paz y resignación ante las inevitables dificultades de la vida. A veces lo más satisfactorio es ponerse las diademas y desconectarse por un rato.
Muy interesante. El dilema del erizo realmente capta la complejidad de las relaciones humanas y cómo lidiamos con la soledad, al conectar las ideas de Freud y Schopenhauer con experiencias actuales logras que el tema se sienta relevante y muy cercano como por ejemplo, pensar en alguien que ha pasado por una ruptura amorosa o haya sufrido una perdida, puede que se sienta tentado a aislarse para evitar el dolor, pero al mismo tiempo, esa soledad puede intensificar su anhelo de conectar con otras personas. Las referencias culturales que se mencionan como "Neon Genesis Evangelion" ayudan a ilustrar estos sentimientos de una manera que muchos podemos entender. Sin embargo, sería interesante también considerar cómo diferentes culturas ven la soledad y la conexión social, ya que en algunas sociedades pues la verdad es que la comunidad juega un papel crucial en el bienestar emocional. Además, aunque se crítica la idea de que la soledad es un "fracaso personal", también se podría explorar cómo las relaciones pueden enriquecer nuestras vidas de maneras que la soledad no puede.
ResponderEliminarSin embargo, pienso que desde la perspectiva de Schopenhauer, estar solo uno mismo puede ser visto como una oportunidad para escapar de las distracciones y sufrimientos que a menudo surgen en las interacciones sociales. Schopenhauer creía que la vida está marcada por el deseo y el sufrimiento, y que la compañía de otros a menudo intensifica estos sentimientos. En la soledad, uno puede encontrar un refugio donde puede reflexionar sobre la naturaleza de la existencia y la condición humana sin las influencias externas que pueden distorsionar nuestra percepción.
La soledad, en este sentido, se convierte en un medio para alcanzar una mayor comprensión de uno mismo y del mundo. Al estar solo, podemos contemplar nuestras propias ideas y emociones, lo que nos permite desarrollar una visión más clara y auténtica de la vida. Schopenhauer también valoraba la creatividad y la contemplación estética, sugiriendo que en la soledad podemos sumergirnos en el arte, la música y la filosofía, encontrando consuelo y significado en estas experiencias. Así, desde su perspectiva, la soledad no solo es un estado de aislamiento, sino una vía para la introspección y el crecimiento personal, donde uno puede encontrar una forma de paz y resignación ante las inevitables dificultades de la vida. A veces lo más satisfactorio es ponerse las diademas y desconectarse por un rato.
Att: Kiara Granados
En mi opinión, la clave para resolver este dilema no es eliminar la vulnerabilidad, sino aprender a vivir con ella. Debemos aprender a ser valientes y a abrirnos a la posibilidad de ser lastimados, pero también debemos ser conscientes de nuestros límites y aprender a protegernos de manera saludable.
ResponderEliminarLa parábola del erizo también me hace reflexionar sobre la importancia de la soledad y el tiempo que pasamos con nosotros mismos. En un mundo que valora la conexión y la sociabilidad, a menudo nos olvidamos de la importancia de la introspección y el tiempo de calidad con nosotros mismos. Schopenhauer nos recuerda que la soledad puede ser una fuente de fortaleza y creatividad, y que no debemos temerla.
Las imágenes que pude observar no solo son un testimonio visual de la evolución de la ciudad, sino también una ventana a la memoria colectiva de la comunidad monteriana.
ResponderEliminarLas fotografías de Tribiño capturan momentos y lugares que probablemente ya no existen o han cambiado con el tiempo, lo que las convierte en piezas valiosas para entender el desarrollo urbano, social y cultural de Montería. Este tipo de exposiciones permiten a los habitantes y visitantes reconectarse con la historia de la ciudad, recordando sus raíces y viendo de dónde viene.
Además, la fotografía tiene una capacidad única para documentar realidades y suscitar emociones. Las imágenes de Tribiño seguramente evocarán nostalgia en quienes han vivido la transformación de Montería y serán una herramienta educativa para las nuevas generaciones.
Es una oportunidad excelente para reflexionar sobre cómo la ciudad ha cambiado y hacia dónde se dirige, a la vez que se rinde homenaje a la labor de Tribiño como cronista visual de Montería.
Salomón Salgado
En este dilema puedo observar que a veces los seres humanos necesitamos de otros para subsistir, pero a veces también para querer encajar en un grupo social, dichas emociones de las personas son muy distintas y por consiguiente salimos lastimados, pero esas heridas te sirven para construirte como persona y enfrentarte al mundo como los erizos.
ResponderEliminaratt: María Paula Vergara
Esta historia es algo que realmente hace pensar. La forma en que describe la tensión entre querer estar cerca de los demás y protegerse de posibles heridas es tan real. Y lo que me llama la atención es cómo Schopenhauer ve la soledad como una forma de encontrar paz, en lugar de algo negativo. Y es curioso que él mismo haya buscado conexión y reconocimiento, pero al final encontró consuelo en sus perros.
ResponderEliminarLa historia del erizo de Schopenhauer... es algo que realmente hace pensar. La forma en que describe la tensión entre querer estar cerca de los demás y protegerse de posibles heridas es tan real. Y lo que me llama la atención es cómo Schopenhauer ve la soledad como una forma de encontrar paz, en lugar de algo negativo. Y es curioso que él mismo haya buscado conexión y reconocimiento, pero al final encontró consuelo en sus perros.
ResponderEliminarEl dilema del erizo refleja la complejidad de las relaciones humanas actuales, donde oscilamos entre la necesidad de conexión y el miedo a la intimidad. Muchas veces, la soledad parece ser una opción más segura para evitar problemas, pero también reconocemos la importancia de establecer lazos con otros
ResponderEliminarPara mantener un equilibrio saludable, es crucial marcar límites y evitar el apego excesivo. Debemos buscar una distancia óptima que permita la cercanía sin perder nuestra identidad ni autonomía. Esto requiere autoconocimiento, respeto propio y hacia los demás, y una comunicación efectiva. Alis molina
El dilema del erizo de Schopenhauer es una metáfora fascinante que ilustra la complejidad de las relaciones humanas, en las que buscamos cercanía y conexión, pero al mismo tiempo nos enfrentamos al reto de no herirnos mutuamente. Aunque podría parecer una visión pesimista de nuestras interacciones, en realidad nos invita a reflexionar sobre la importancia de conocernos a nosotros mismos y de entender hasta qué punto podemos acercarnos a los demás sin generar fricción. Este dilema nos enseña que el equilibrio entre la cercanía y la autonomía es clave para mantener relaciones sanas y satisfactorias. Además, pone de manifiesto la necesidad de desarrollar habilidades de comunicación y de resolución de conflictos, herramientas fundamentales para gestionar las diferencias que inevitablemente surgen cuando interactuamos con otras personas. Es un recordatorio de que, aunque las relaciones pueden ser desafiantes, también son una oportunidad para crecer y aprender sobre nosotros mismos y sobre los demás.
ResponderEliminarAtt: Andrés Antonio Paternina llorente
La paradoja también puede interpretarse como una lección sobre la perseverancia en el autoconocimiento y en la superación de nuestros propios miedos y defensas. Tal como los erizos deben encontrar un equilibrio entre su necesidad de calor y la protección frente al dolor, los seres humanos, en su búsqueda de crecimiento personal, deben perseverar en confrontar sus inseguridades y defensas emocionales. Superar la distancia que ponemos para protegernos del sufrimiento es un acto de perseverancia, ya que requiere vulnerabilidad, reflexión y el esfuerzo constante de no renunciar a la intimidad a pesar del miedo al dolor.Perseverancia en la vida social: En la interacción con los demás, la paradoja del erizo puede ser vista como una metáfora de las dificultades de la vida social. Mantener una relación equilibrada, ya sea en el trabajo, la amistad o la pareja, requiere perseverancia para continuar ajustando la cercanía y la distancia a lo largo del tiempo. No es un proceso fácil ni lineal, pero el esfuerzo de encontrar el punto intermedio, donde haya conexión sin daño, exige paciencia y la capacidad de adaptarse, sin ceder a la frustración cuando las cosas no salen como esperamos.Perseverancia en la búsqueda de soluciones: La paradoja también refleja que las soluciones no son inmediatas ni perfectas. Al igual que los erizos necesitan tiempo y repetidos intentos para encontrar la distancia óptima que les permita sobrevivir el frío sin lastimarse, en la vida humana, la perseverancia implica seguir buscando soluciones a los desafíos, aceptando que el equilibrio perfecto puede ser difícil de lograr. Sin embargo, la clave está en no desistir y en aprender con cada
ResponderEliminarRaúl Rhenals
El dilema del erizo de Schopenhauer ilustra la dificultad de la intimidad humana. Utiliza la metáfora de erizos que, al intentar acercarse para buscar calor y compañía, se pinchan entre sí. Esto representa cómo, en nuestras relaciones, buscamos cercanía pero tememos el dolor que puede conllevar la vulnerabilidad. Así, el dilema refleja la tensión entre el deseo de conexión y el miedo al daño emocional. Schopenhauer sugiere que la distancia adecuada puede permitir relaciones más saludables, evitando el dolor de una cercanía excesiva.
ResponderEliminarCamilo Anaya Freile
El dilema del erizo el autor utiliza esta metáfora para ilustrar lo complejo que puede ser el equilibrio en las relaciones humanas. Esta parábola resalta lo difícil que es alcanzar una intimidad sin sufrimiento, ya que acercarse demasiado puede causar daño, pero el aislamiento también puede ser doloroso.
ResponderEliminarMi opinión es que es una reflexión sobre cómo las personas deben encontrar un punto medio en sus relaciones, reconociendo sus límites y respetando los de los demás, sin perder la capacidad de crear vínculos significativos.
- Pedro Ortega Macea
El dilema del erizo es una metáfora que ilustra cómo las personas pueden tener dificultades para acercarse emocionalmente a los demás. A pesar de desear conexión y cercanía, el miedo al dolor o al rechazo puede llevarnos a mantenernos a una distancia segura, similar a los erizos que se protegen con sus espinas. Este dilema refleja la lucha entre la necesidad de intimidad y el temor a la vulnerabilidad, lo que resuena profundamente en las relaciones humanas. En un contexto social, invita a reflexionar sobre la importancia de encontrar un equilibrio entre abrirse a los demás y protegerse emocionalmente.
ResponderEliminar¿Por qué tener miedo a la soledad? Pero ¿Por qué no sabes aprovechar el vínculo social? Es imposible encontrar un sano vínculo entre la soledad y la conexión con la sociedad ésta metáfora contribuye a qué logremos entender el arduo trabajo que contiene mantener una relación social con la humanidad y que ésta logre esa estabilidad que no sabemos dar porque ya es difícil vivir en sociedad pero también estar solos. Normalizar las relaciones tóxicas, el poco límite con el que manejamos las emociones y la forma con la que usamos el ego para herir y lograr un nivel de superioridad para tapar u complejo de inferioridad que es el trans fondo de una vida que no es perfecta y una conexión que limitamos por no controlar el uso de lo que es real y sustancioso para nosotros como seres humanos
ResponderEliminar