l escritor italiano reveló su faceta más personal a la Revista BOCAS en 2015.
Clac, clac. El paso de Umberto Eco por las calles de Milán es acompasado por los golpes de su bastón contra el pavimento, mojado por una lluvia suave de otoño. Con ese bastón de sauce, su sombrero modelo Fedora, su gabardina y unos andares nerviosos, Umberto Eco tiene el aspecto de ser un detective clásico que nos guiara por una ciudad de otro tiempo, repleta de conspiraciones, anécdotas y aventuras.
l hombre que, siendo uno de los semiólogos más importantes del mundo, se reinventó en 1980 como novelista con El nombre de la rosa, libro que lleva ya vendidos 50 millones de ejemplares, se dirige a su casa, situada en una de las dos mejores plazas de Milán, frente al imponente Castello Sforzesco, punto de atracción de los turistas y que Eco desmitifica con una simple frase: “Bueno, es una copia del siglo XIX, como todo el gótico francés”.
Una vez en casa, cuelga sus cosas en el perchero –donde reposan media docena de sombreros y, al lado, muchos más bastones– y, mientras los visitantes se sorprenden del moderno interiorismo, con paredes de color blanco, grandes ventanas diáfanas, muebles de diseño, butacas ergonómicas –“¿qué pasa?, ¿esperaban un monasterio medieval?”–, nos pasea por “el pasillo de la literatura”, una parte de su impresionante biblioteca de 35.000 volúmenes, que se distribuye de modo aleatorio por las dos plantas del domicilio. “Este es el estudio de los ensayos, allá junto al lavabo tengo a los lógicos ingleses”, dice señalando un lugar en el que no reina ningún orden aparente. Pero ¿puede orientarse en este caos bibliográfico?
(Le puede interesar: la entrevista BOCAS con el actor Anthony Hopkins)
“¡¿Caos?!”, clama fingiendo indignación. “¡A ver, dígame el nombre de un filósofo!”.
“Mmm... Hume”. Y Eco aparta una butaca giratoria que le había salido al paso y avanza enérgicamente hacia uno de los tres tabiques de estanterías de su despacho, para agarrar un grueso volumen que contiene la Investigación sobre el entendimiento humano del ensayista escocés. “¡Dígame otro!”. Y, así, van apareciendo Aristóteles, Aquino, Wittgenstein... Como si respondieran al llamado de este acelerado personaje al que nadie le echaría sus 83 años. “Un dicho alemán dice: ‘Aprendo una palabra al día’, y yo las tengo todas aquí”, ríe.
Cansados de que nunca falle localizando sus volúmenes –a veces en los lugares más inverosímiles– le preguntamos: ¿nunca ha perdido un libro? “Por lo general, no, tengo muy buena memoria posicional, el drama es cuando yo recuerdo uno de hace treinta años con la portada verde y se ha descolorido y vuelto ya amarilla, en ese caso no lo encuentro”.
Tiene etiquetas temáticas sobre los estantes, “pero todas están equivocadas”, superadas por la constante acumulación. En una cajita guarda su colección de pipas, sobre la mesa de trabajo reposa una lupa, tras unas vitrinas adivinamos manuscritos medievales, y en el salón hay una escultura de Hermes de mármol, unos facsímiles de los evangelios sobre un atril… También pasamos ante un muro que él llama “mi cementerio” porque en él cuelga fotos de sus amigos muertos, como la actriz Franca Rame, esposa de su vecino, el nobel Dario Fo. Pero lo que a él le hace más gracia es una viñeta de The New Yorker que ha enmarcado, “la mejor de su historia”: en ella se ve a un niño a quien su madre le dice: “No, tú has sido parido, no descargado”.
El escritor conserva también la caricatura que le hizo el dibujante Georges Wolinski, del semanario Charlie Hebdo, asesinado el pasado enero en París, en la que se lee: “¡Viva Umberto!”. “Tenía mi misma edad…”, sacude la cabeza. Hay dos ordenadores al lado, uno para su secretaria y otro para él, en el lugar donde escribe sus novelas, aunque confiesa que “no tengo reglas. Puedo pasarme horas escribiendo sentado en el baño, de hecho bastantes veces. Y en mi casa del campo soy aún más productivo, la tengo en Montefeltro, no lejos de Urbino y San Marino, en las colinas, con valles y bosques alrededor, una zona salvaje, huyendo de la Toscana, que es un país de pijos extranjeros. En realidad, mis mejores ideas me vienen cuando nado, ya sea en el mar o en la piscina. Hay escritores profesionales, como mi amigo Vargas Llosa, que se marcan un horario estricto, escriben hasta las cuatro y luego ven a los amigos, pero yo sería incapaz de hacer una cosa así, tan metódica, soy italiano”.
(Además: la entrevista BOCAS con Pilar Quintana, la colombiana que acaba de ganar el premio Alfaguara de Novela 2021)
Muerde tabaco constantemente y su interlocutor llega a temer que, en algún momento, vaya a escupir todo ese material, pero no, por lo que se deduce que acaba tragándoselo. “No se asusten, fumé en pipa de los 20 a los 60 años, pero la tenía siempre en la boca y la tuve que dejar. Sé que da una imagen rara esto de mascar un cigarrillo, el otro día una señora me dijo: ‘¿Por qué no lo enciende? Va todo el día con eso en la boca’ y yo le respondí: ‘Señora, ¿no ha tenido nunca usted cosas en la boca sin encenderlas?’”.
En el recorrido por la vivienda, solamente hay una zona vedada: “¡No, ahí no se les ocurra entrar! ¡Es el territorio privado de mi mujer. ¡Zona sagrada!”. “Umberto, por favor…”, sonríe, al otro lado, la alemana Renate Ramge, su esposa desde 1962.
Él insiste en que nunca ordenará todo lo que vemos: “No quiero que nadie ponga sus manos aquí. En el sótano guardo las cajas con los manuscritos.
Tengo ofertas de las universidades norteamericanas. Un conocido autor italiano, que no quiero nombrar, recibió una oferta de una universidad por el manuscrito de su novela… y él lo había tirado a la basura. ¿Saben qué hizo? Tomó un libro impreso y se lo dio a una secretaria para que lo volviera a pasar a máquina, luego borró muchas líneas, simuló unos tachones y volvió a escribir lo que estaba escrito pero a mano, como si fueran correcciones… y lo vendió por varios miles de dólares, ¿qué les parece? Yo lo dejo todo así, porque ¿qué harían, si no, mis estudiantes cuando me muera? Hay que pensar en dejar trabajo a las generaciones futuras…”.
Umberto Eco lleva más de 40 años viviendo en Milán, la capital editorial de Italia, donde tienen su sede los grandes grupos como Mondadori, Rizzoli o Mauro Spagnol, mientras que Turín y Roma albergan editoriales más pequeñas.
Nació en Alessandria (no la egipcia, sino la italiana) en 1932, y empezó a publicar en 1956, en concreto su tesis doctoral, titulada El problema estético en Tomás de Aquino.
Le seguirían, años después, ensayos míticos como Apocalípticos e integrados (1964) y el Tratado de semiótica general (1975). El éxito que obtuvo en su estreno como novelista, con El nombre de la rosa en 1980 –adaptada al cine en 1986 por Jean-Jacques Annaud, con Sean Connery– le hizo publicar después otras ficciones como El péndulo de Foucault (1988), La isla del día antes (1994), Baudolino (2000), La misteriosa llama de la Reina Loana (2004) o El cementerio de Praga (2010).
Este año ha sacado a la calle Número cero, una sátira ambientada en la Italia de 1992, donde un empresario parecido a Berlusconi pone en marcha un periódico que no se publica, solo cierra números cero, con la intención de traficar con la información y conquistar espacios de poder.
¿Cómo era su padre, professore?
Era el director de una empresa que vendía hierro y bañeras. Combatió en todas las guerras: la del 14-18, luego lo enviaron al frente de Libia, y en la Segunda Guerra Mundial. No tuvo una vida fácil.
¿Qué influencia tuvo en su vocación de escritor?
Era hijo de un tipógrafo, y yo he puesto en mi última novela nombres de familias tipográficas a los personajes. Mi padre tuvo 12 hermanos, no podían comprarse libros, y se iba a los quioscos a leer los fascículos de las novelas por entregas, hasta que el quiosquero lo echaba, se iba a otro quiosco y allí leía otro trozo. Colecciono aún libros impresos por mi abuelo. Yo leía en su casa, recuerdo Los tres mosqueteros de Dumas, ilustrado por Maurice Leloir. Cuando murió, se le quedaron muchos manuscritos por editar en una caja, novelas populares a las que nadie hizo caso. Esa caja terminó en el almacén de mi familia y yo a los 8 o 10 años devoré esos manuscritos, eran aventuras fantásticas. La otra influencia fue mi abuela materna, una mujer que no tenía educación, tal vez la primaria, pero sí una pasión increíble por la lectura, se iba a las bibliotecas y siempre tenía un montón de novelas en casa. Leía Balzac o Stendhal como si fueran una novela rosa, sin sentido crítico, pero me prestaba esos libros y yo me sumergía en la gran novela francesa a los 12 años.
¿Y su madre?
Mi madre leía revistas, cuentos de las revistas femeninas… Leyó Madame Bovary, de vez en cuando aceptaba esos libros. Pero la verdad es que yo no crecí en una casa rodeada de libros. Ahora, esta tarde, viene mi nieta, que tiene 14 meses, y ella ya podrá decir otra cosa, porque se pone a jugar con mis incunables.
De niño, fue feliz ¿a pesar de la guerra?
Siempre tienes la nostalgia de la infancia. La mía es la de aquellas noches en los refugios antibombardeos, en un sótano muy oscuro y húmedo, fuera se escuchaban las bombas. Nos despertaban en casa a las tres de la madrugdaa y nos llevaban abajo rápidamente, los padres estaban asustados mientras los niños jugábamos. Para mí es un recuerdo agradable, y hubiera podido morir.
¿Qué quería ser de mayor?
Antes de los cinco años, conductor de tranvía, porque siempre que subía a uno me fascinaba la maleta tan bonita que tenía, con todos los billetes dentro. Mi editora, hace veinte años, encontró una maleta de esas y me la regaló. Luego quise ser oficial del ejército, crecí en la época fascista. Andaba como un soldado por la calle, digamos que hasta los ocho o nueve años. Luego ya quise ser periodista. Pero me inscribí en la Facultad de Filosofía, aunque no me veía haciendo carrera universitaria, me parecía algo muy complejo, buscaba trabajo en editoriales con la idea de, a los 40-45 años, hacerme profesor sin mucho compromiso, sin dar muchas clases, como externo, la libre docencia. Pero, en realidad, hice eso a los 29 años.
Nadie se cree que un libro de Umberto Eco se lea en dos tardes. Este último, Número cero, no parece escrito por usted…
Mis novelas anteriores eran sinfonías, este es un solo de Charlie Parker. Lo mejor fue la llamada de mi editor francés, que me hizo mucha ilusión: “Umberto, ¡esta novela parece escrita por un jovencito!”. Mis novelas anteriores me tomaron al menos seis años de trabajo cada una, pero esta se basa en experiencias personales, en noticias políticas fáciles de encontrar y solo me ha ocupado durante un año.
¿Tan mala imagen tiene de los periodistas?
Describo un periódico asqueroso, que juega con la información no para publicarla, sino para especular. Por lo general, los periódicos no son así. Pero ilustres periodistas italianos como Scalfari me han dicho: “Umberto, señalas algunos de nuestros problemas más graves, las taras del periodismo de hoy”. Roberto Saviano, tal vez exagerando, ha dicho que es un manual de periodismo. ¿Qué denuncio yo? Si un periódico entrevista al presidente, el poder de influencia de esa entrevista debería ser sobre el público, no sobre las altas esferas, que es lo que está sucediendo. Se hace periodismo para las élites. El chantaje de hoy no es que yo le digo a mucha gente que usted ha robado, sino que se lo cuento solamente a dos. Voy a la mesa de una persona importante, le cuento la noticia y sugiero que podría contar más. Ahí es donde los periódicos tienen su verdadero poder, no sobre el hombre de la calle que lee el mismo texto de una forma distraída y no se da cuenta de los mensajes en clave. ¿Por qué hay tantos pequeños periódicos que venden muy poco pero reciben subvenciones? Porque su función es la de enviar un mensaje privado. Dicen: “Yo sé algunas cosas y podría decir más”, y con eso consiguen favores.
Usted dice que se puede engañar diciendo la verdad. ¿Cómo?
¡Claro! Es lo que hacen los periodistas que activan la máquina del fango, no es necesario lanzar acusaciones muy graves: de asesinato, robo… Si no tienes eso, y quieres desacreditar a alguien, basta una sombra de sospecha sobre el comportamiento cotidiano. Hay un juez italiano al que destruyeron con una chorrada: lo describieron sentado en un banco, en un parque público, no hay nada malo en eso, pero no se corresponde a la imagen clásica que tenemos del juez. Se dijo que quizás fumaba marihuana como otra gente que iba al parque, que era extraño que estuviera allí con tantos casos pendientes en su juzgado, se puso énfasis en sus calcetines ridículos de colores… Y, hace un tiempo, un periódico que me tenía manía publicó unas insinuaciones sobre mí, dijo que me habían visto comiendo en un restaurante chino, con palillos, y con un desconocido. Un desconocido para ellos, claro, porque era un amigo mío. Pero lo explicaban de una manera que daba pie a sospechas, porque decir que alguien está con un desconocido te hace pensar en una novela de espionaje, y si hay palillos y chinos de por medio casi puedes ver al Doctor Fu Manchú. Así actúa el ventilador del fango…
En Internet hay páginas que aseguran que usted está a punto de ser padre, que tiene inversiones en restaurantes y en empresas de vodka… Parece que haya creado usted estas webs de noticias falsas como promoción…
¡Ni lo sabía! Una vez se escribió en Wikipedia que éramos 13 hermanos y que me había casado con la hija de mi editor. También se publicó mi muerte, una noticia que considero algo prematura. Sus novelas anteriores daban pie a teorías de la conspiración, pero ahora parece usted reírse de ellas… Uno de los periodistas se pregunta: “¿Y si en vez de ejecutar a Mussolini hubieran matado a su doble?”. Todo se basa en detalles de la verdad histórica. La historia de Mussolini me atrae, cuando huía de Italia y le salió al paso su esposa, no quiso ni saludarla, eso es un hecho real, del que el periodista fantasioso extrae la conclusión de que no era el auténtico Mussolini. Mussolini forma parte de mi vida, fui muy amigo de Pedro, el militar que lo arrestó. Y conocí al coronel Valerio, que lo mató, del cual se descubrió años después quién era, Walter Audisio, que vivía a dos manzanas de mi casa. Mi padre siempre lo saludaba por la calle en Alessandría, aunque no llegaron a ser íntimos.
Se ocupa también últimamente de lo que llama el stay-behind, las operaciones secretas de los Estados…
Es escalofriante ver todos los crímenes que cometen a diario los Estados, pero no solo las dictaduras, sino también los Estados democráticos. No se salva un solo país. Mis personajes de Número cero acaban diciendo que se irán a América Latina.
Pero no será porque no hay allí crímenes…
Sí, pero ellos dicen que al menos allí no son secretos, porque ya se sabe que el narcotráfico forma parte de las estructuras de ciertos Estados. Italia, a principios de los noventa, todavía parecía que podía salvarse, porque empezaban los grandes procesos judiciales contra la corrupción, pero hoy ya está igual que esos países que han asumido como una fatalidad que el crimen se introduzca en las estructuras estatales. Italia asume que el crimen forma parte del Estado, que está ahí infiltrado.
¿En qué año se jodió Italia?, parafraseando a Vargas Llosa…
Hacia 1994, cuando llegó Berlusconi.
¿Aún da clases?
Bueno, voy una vez al mes a Bolonia. Doy alguna, sobre todo conferencias, dirijo la escuela superior que organiza los doctorados. Tengo la necesidad de hablar en público y explicarme, debo calmar esa necesidad. Dar clases permite darte cuenta de que haber escrito un libro sobre un tema no quiere decir que conozcas bien ese tema, en un libro te quedas tan ancho, dices: “la influencia de Baudelaire en Joyce”, y ya está, pero en clase los alumnos te exigen que se lo aclares bien y así descubres nuevas cosas y planteamientos falsos. Yo ya nunca escribo un libro sobre un tema sin haber dado antes clases sobre eso.
De hecho, su libro más influyente es Cómo se hace una tesis, ¿verdad?
Yo diría que hasta el más leído. Millones de estudiantes lo han usado en todo el mundo como guía para redactar sus tesis. Ahora lo han publicado en Estados Unidos y tiene unas críticas entusiastas, sigue siendo útil en la era de Internet aunque yo la haya escrito a mano. Después de mi muerte, ese será el único libro que me sobrevivirá.
Usted solo ha escrito siete novelas, pero 40 ensayos…
Bueno, 42.
Pero para la gente es un novelista. ¿Le disgusta?
No, porque la mayoría de mis obras se dirige a un público más restringido. Yo escribí mi primera novela tardíamente, cuando salió El nombre de la rosa ya tenía 48 años. Quería editar unos 2.000 ejemplares de ese libro en una pequeña editorial muy selecta, pero me llamaron enseguida el gran Giulio Enaudi y el director de Mondadori para ofrecerme un gran contrato y una tirada de 30.000 ejemplares, sin haberlo leído. Me emocioné y con el dinero de ese adelanto me compré una maleta de cuero, muy bonita, que todavía conservo.
Hay varios editores que cuentan que usted salvó sus editoriales con El nombre de la rosa…
Ah, sí, como Esther Tusquets, que la publicó en español. Cuando empecé con ella, trabajaba allí, en Lumen, Beatriz de Moura, la fundadora luego de Tusquets y su marido; estaban reconvirtiendo una editorial de libros religiosos en otra más literaria, y no fue sino conmigo, y con Mafalda de Quino, cuando empezaron a tener éxito. ¡Ah, Beatriz de Moura era la mujer más guapa de la feria del libro de Fráncfort! Eso es mucho…
¿Qué son los eruditos hoy?
Es una paradoja, pero la verdad es que suelen ser perdedores. Vivimos en un mundo en que el físico que gana el Premio Nobel no sabe nada de la historia de la literatura. Puede haber un corrector de libros que sea un sabio, pero ese conocimiento excelso no le sirve para nada en la vida. Hoy se da un fenómeno de hiperespecialización, que es muy estadounidense. Así que los grandes sabios son muchas veces empleados de correos a media jornada u oficinistas grises. El otro día le dije a un prestigioso profesor de literatura francesa de una universidad de Estados Unidos que estábamos llegando a un “taylorismo” de la cultura, es decir, que cada uno es capaz de hacer solo una sola cosa. Y me preguntó: “¿Qué es el taylorismo, Umberto?”. Pues eso mismo que le pasa a él, que no sabe casi nada de ninguna otra cosa que no sea lo suyo.
Lleva más de 40 años viviendo aquí en Milán. ¿Cómo ve la política en el norte de Italia?
La Liga Norte quería dividir Italia proclamando la independencia, pero ahora se ha unido a los fascistas, nacionalistas italianos, porque el nuevo líder de la Liga es un oportunista, y lo de la independencia ya no resulta prioritario. Es un hombre sin ideología que se sube al caballo ganador y se está mezclando con la extrema derecha. Cada vez es más difícil saber qué es este partido.
Se ha publicado que prepara usted una secuela de El nombre de la rosa.
No. Sí me lo pidieron, pero dije que no. Fue mi editor en inglés. No le diré la cantidad que me ofreció. Pero ese libro ya está escrito y no hay más que añadir.
¿Perdió la fe estudiando a Tomás de Aquino?
Coincidió, sí, percibí unos problemas político-religiosos que me alejaron de la Iglesia. Mi tesis doctoral la empecé habitando el mundo de santo Tomás y la entregué ya desengañado, cuando ya vivía en otro mundo. Eso le da al texto un carácter más rico, porque tiene ambas visiones, desde dentro y desde fuera.
Fue también guionista de televisión…
A finales de 1954, en los inicios de la televisión, la RAI tuvo un nuevo presidente que quiso abrir puertas. Convocaron un concurso para reporteros televisivos, con el fin de renovar las caras. Nos fueron a cooptar a unos cuantos. El filósofo Gianni Vattimo y yo sacamos la máxima puntuación y nos contrataron, sin haber hecho ni siquiera un curso de TV ni nada previamente. Me fui a los tres o cuatro años, pero los que se quedaron llegaron a ser grandes jefes. Yo me fui al departamento artístico, que hacía la parrilla de programación, era un trabajo muy aburrido, pero que me permitió conocer toda la organización y estructura de la RAI. Entonces había un solo canal, en blanco y negro, pero a las nueve de la noche ponían Shakespeare, Guerra y paz, o Pirandello, y a la gente le iba bien, lo veía. Ahora veo programas en que gritan y se insultan. La televisión antigua era mejor en eso, casi no había programación basura. Los jóvenes ahora miran más YouTube, no sé si serían capaces de ver una película de Wim Wenders que dura cuatro horas.
¿En qué trabaja?
En cosas filosóficas y semióticas, preparo la edición de todos mis escritos de semiótica, serán unas 3.000 páginas. La semiótica es muy útil, yo la llamé la teoría de la mentira porque hay unos signos que se ocupan de algo que me permite decir lo que hay, pero, aún más, hay otros que me permiten decir lo que no hay y nunca ha estado. La semiótica es todo aquello que se utiliza para decir mentiras. Otro trabajo enorme que tengo es revisar todas las traducciones de mi nueva novela, y debatir con los traductores de cada lengua.
¿Aún lee cómics?
Solo los antiguos, que compro en los mercadillos, cosas de mis tiempos, porque las novelas gráficas de ahora me parecen demasiado difíciles.
¿Más que esos textos medievales que tiene por ahí?
¡Sin duda! El cómic hoy se ha convertido en un género extremadamente difícil de descifrar.
Este año se celebra la Exposición Universal de Milán, ¿qué va a hacer?
Huir a mi casa de campo. Me corresponde presentar un acto sobre el primer libro publicado en Italia de Cicerón… y luego me iré corriendo.
* * *
POR XAVI AYÉN
Para Bocas
MANUELA BOADA BARBOZA
ResponderEliminarLa entrevista realizada a Umberto Eco ofrece una fascinante visión del mundo interior y la personalidad multifacética del renombrado escritor italiano. A través de las reflexiones de Eco sobre su vida, su obra y sus opiniones sobre diversos temas, se revela un hombre de profunda erudición, agudeza intelectual y un sentido del humor característico.
Uno de los aspectos más destacados de la entrevista es la descripción detallada del entorno en el que Eco vive y trabaja, lo que nos permite vislumbrar su día a día y su proceso creativo. Desde su caótica biblioteca hasta su fascinación por los detalles históricos y literarios, Eco emerge como un individuo culto pero también accesible y humano.
Otro tema interesante abordado en la entrevista es la relación de Eco con el periodismo y los medios de comunicación. Sus reflexiones sobre la manipulación de la información y el poder de los medios para influir en la opinión pública ofrecen una perspectiva crítica sobre el papel de los medios en la sociedad contemporánea.Además, Eco ofrece detalles valiosos sobre su proceso de escritura, su enfoque interdisciplinario y su constante búsqueda de nuevas ideas y experiencias.
Pedro Luis Díaz Arroyo
ResponderEliminarVemos a Umberto Eco, escritor, filosofo y profesor, letrado impresionante por sus palabras sin filtros, chapado a la antigua, de esas personas que aun conservan puntos de vista y criterios, vemos a un escritor que aunque tuvo una vida difícil y complicada pudo sobrevivir a la guerra, a la pobreza y llegar a ser uno de los mejores autores a nivel mundial.
Vemos a un autor que ha disfrutado del regocijo de leer, investigar y enseñar, una persona firme aun con bastón, que aun es proclamado por su tierra y pueblo, que lleva riendas y experiencias para muchas personas de su entorno y mundialmente. Gran autor peculiar en su manera de expresarse y de escribir, y del cual podemos aprender que lo viejo no es malo y que la vida aun cuando este difícil se puede superar y ganar.
De esta entrevista a Umberto Eco resalto una idea muy importante y es la de lo que él piensa sobre los estudiosos de hoy día, ya que como el dice, estás personas <>.
ResponderEliminarY me parece que es una idea muy acertada, porque creo que es totalmente cierto que estos estudios no se le comparan a los grandes hombres de la historia, los cuales estaban instruidos en varias ciencias, artes u otras materias. Quizás por esto la humanidad no ha vuelto a tener conocimiento de hombres tan admirables como los que influyeron en el desarrollo de la humanidad con sus grandes aportes, gracias a qué eran capaces de tener talentos increíbles en especialidades diferentes. Y tal como lo dice Umberto hoy por hoy los "grandes sabios" son muchas veces empleados de correos a media jornada u oficinistas grises.
De esta entrevista a Umberto Eco resalto una idea muy importante y es la de lo que él piensa sobre los estudiosos de hoy día, ya que como él dice, estas personas "solo se han reducido a no saber casi nada de ninguna otra cosa que no sea lo suyo".
EliminarY me parece que es una idea muy acertada, porque creo que es totalmente cierto que estos estudios no se les comparan a los grandes hombres de la historia, los cuales estaban instruidos en varias ciencias, artes u otras materias. Quizás por esto la humanidad no ha vuelto a tener conocimiento de hombres tan admirables como los que influyeron en el desarrollo de la humanidad con sus grandes aportes, gracias a qué eran capaces de tener talentos increíbles en especialidades diferentes. Y tal como lo dice Umberto hoy por hoy los "grandes sabios" son muchas veces empleados de correos a media jornada u oficinistas grises.
MARIA CAROLINA PEÑATA ÁLVAREZ
ResponderEliminarEstá entrevista es sin duda una vista o acercamiento más "acertado" hacia la vida personal y laboral de umberto, una vida llena de altibajos, la de una infancia fuera de la regla general, una infancia en la que solo recuerda bombas y refugios.
Por lo cual, cuando umberto habla sobre la vida actual podemos afirmar que lo hace desde la experiencia, y habla sobre los eruditos hoy en día, orientando su opinión como una crítica al sector educativo y un fallo social, tal como lo establece, el físico que gana el premio nobel no sabe de literatura, es decir, no necesitas tener un título o ser conocedor para ocupar un reconocimiento importante, tal como pasa en los sistemas jurídicos actuales, dentro del ente estatal existen cargos en nombre de personas que ni siquiera conocen la estructura del sistema jurídico, y esto va muy de la mano con la vida liquida y sociedades liquidas, se ha vuelto un estilo de vida ir acordé a la imposición de opiniones de otros, para no quedarse atrás, lo cual nos ha llevado a un estado de quietud o pausa mental, ahora a la sociedad no le importa lo que sucede, únicamente se enfoca en ir al ritmo que marchan los demás y no quedar como un bote residual.
Mi opinión es que la cultura actual es un mosaico complejo y fascinante. Por un lado, tenemos acceso a una cantidad de información y conocimiento sin precedentes gracias a la tecnología. Sin embargo, también hay una tendencia a la superficialidad y al consumo rápido de información. Debemos ser críticos y aprender a discernir entre lo que es valioso y lo que no. También la educación es fundamental para formar ciudadanos críticos y responsables. Debe fomentar la curiosidad, el pensamiento analítico y la capacidad de comprender diferentes perspectivas. Es vital que la educación se adapte a los nuevos tiempos y aproveche las herramientas digitales para crear experiencias de aprendizaje más dinámicas e interactivas el futuro es incierto, pero estoy esperanzado dijo umberto en su entrevista. Creo que la humanidad tiene la capacidad de superar los desafíos que enfrenta y construir un futuro mejor. La cultura y la educación serán claves para lograr este objetivo. Ha sido una experiencia enriquecedora. Sus ideas me han inspirado a reflexionar sobre la importancia de la cultura, la educación y la lectura en el mundo actual. Estoy seguro de que sus palabras seguirán resonando en las futuras generaciones.
ResponderEliminar
ResponderEliminarPor: María Paulina Ibarra Pacheco
En esta entrevista a Umberto Eco uno de los semiólogos más importantes del mundo, logró destacar un punto, el cual consiste en la importancia de su crítica, puesto que me parece muy interesante el comentario que les hace a los periodistas, donde afirma que los periódicos “son asquerosos”, bajo el entendido que juegan con la información no para publicarla, sino para especular, esto me parece totalmente cierto, porque a veces el contenido, noticias o información que consumimos de estos medios no es real y por tanto para nada confiable, tal como Umberto lo sostiene la información que brindan solo gira entorno a sospechas e incluso en conjeturas de situaciones, posiciones, comportamientos etc.
Además de esto tengo una opinión dividida sobre lo que afirma sobre los programas a los cuales tilda de “basura” ya que, si es verdad que hay programas de este tipo, pero muy a pesar que en estos se gritan, se insultan y hay toda clase de contenido, existen muchos otros con temas verdaderamente buenos, solo es cuestión de buscar bien y ver en donde poner la atención.
Me encantó la entrevista que le hiceron a Umberto Eco puesto que él en la entrevista refleja esa realidad que se vive actualemnte en nuestra sociedad y una parte de la entrevista que me gusto fue cuando él escritor se refirio que los programas de televisión se gritan y se insultan , es muestra de lo que pasa hoy en dia solo vemos programas de televisión que no enseñan o muestran mensajes positivos solo son programas que buscan ganar rating lo que es similar de como el físico es el que gana el premio nobel lo que suele ser verdad puesto que los conocedores del tema exprertos en literatura solo se quedan a esperar a que ese reconociento llegue Umberto Eco en esa entrevista dejó plasmado una excelente reflexión que para cualquiera persona que la lea se va a sentir indentifcado puesto que toca cualquier tema que es muy similar con lo que esta pasando actulamente es poder saber informarnos leer para así no saber sobre una sola cosa en específico
ResponderEliminarCATALINA LOPEZ GOMEZ
ResponderEliminarEn la entrevista realizada sobre la vida de Umberto Eco es fascinante y está llena de logros académicos y literarios. En la entrevista se puede evidenciar uno de los aspectos más destacados de la vida de Eco es su dedicación al estudio y la enseñanza. Además de su labor académica, Eco incursionó con éxito en la escritura
Un aspecto que me pareció relevante es que Umberto se centró fue en el impacto de la tecnología y los medios de comunicación en la sociedad. Reconoció cómo la tecnología había transformado la forma en que nos comunicamos, nos relacionamos y consumimos información. Con la cual me encuentro de acuerdo, ya que hoy en día estos medios solo generan especulaciones
Por otra parte la entrevista anterior me pareció muy interesante ya que la vida de Umberto Eco es un testimonio de la importancia del pensamiento crítico, la creatividad y la pasión por el aprendizaje. Como reflexión es que el señor Eco representa una oportunidad invaluable para aprender, reflexionar y enriquecer nuestro entendimiento del mundo y de nosotros mismos. Son una ventana a la mente de un pensador excepcional y pueden inspirarnos a explorar nuevas ideas y perspectivas en nuestras propias vidas.
ResponderEliminarEn una entrevista publicada en El Tiempo, Umberto Eco, reconocido escritor y semiólogo italiano, aborda temas relevantes como el fascismo, la responsabilidad de los medios de comunicación y el papel de la literatura en la sociedad.
En relación al fascismo, Eco, a través de su novela "Número Cero", basada en hechos reales, nos recuerda la importancia de no olvidar los crímenes de los gobiernos totalitarios, tanto pasados como presentes.
Con respecto a los medios de comunicación, Eco critica su capacidad para tergiversar la información y crear una "realidad falsa". Advierte sobre el peligro de la propaganda y la necesidad de mantener un pensamiento crítico ante la información que recibimos.
Finalmente, Eco reflexiona sobre la responsabilidad del escritor en la sociedad. Afirma que la literatura debe ser crítica y tener la capacidad de hacernos pensar y reflexionar sobre el mundo que nos rodea.
En resumen, la entrevista a Umberto Eco nos invita a reflexionar sobre la importancia de la memoria histórica, el pensamiento crítico y el papel del escritor en la sociedad actual.
Aspectos relevantes de la entrevista:
Crítica al poder y la manipulación de la información.
Defensa de la memoria histórica y el pensamiento crítico.
Reconocimiento de la responsabilidad del escritor en la sociedad.
SHAROLS CHAVEZ SARMIENTO
ResponderEliminarLeer esta entrevista, hace que se vea una parte distinta del mundo, el autor como bien lo dice que el creció en otra época donde todo era totalmente distinto, si nos ponemos a pensar el vivió en tiempos de guerra y aun que para él fue difícil, dice que el fue feliz y creo que esto es una enseñanza, como dice el dicho “al mal tiempo buena cara” y es difícil, pero si le ponemos empeño y fe a las cosas podemos salir de ese problema.
Ahora bien, el autor critica el periodismo y la política, y considero su comentario muy acertado, muchas veces los titulares no dicen la realidad, hacen que algo normal sea malo, pues la sociedad siempre esta dispuesta a dar su punto de vista, muchas veces de forma negativa, muchos de estos periodistas están en los grandes noticieros que manejan la información para su provecho ya sea económico y político. Y noticieros con las verdades son muy poco reconocidos, como ocurre en nuestro país.
Otro punto que dijo el autor es que la literatura de estos tiempos es distinta a las de el y pienso que es así, antes los libros por ejemplo los de romance contaban la historia de amor de los protagonistas, pero también buscaban dar una crítica social no solo quedarse en la historia de los protagonistas, en la actualidad es muy poco ver a autores que traten de estos temas que en realidad son muy importantes.
BRENDYS OLIVEROS RAMOS
ResponderEliminarEsta entrevista de Umberto Eco, se ve reflejada en su vida laboral y personal, entrevista llena de logros a lo largo de su vida, donde se ve reflejados aspectos importantes de la vida de Eco, su dedicación al estudio y la enseñanza. Partiendo de esto podemos ver que esto lo realiza atravez de su experiencia, enfandoce en una crítica.
Otra parte por resaltar es la es la relación que tiene con el periodismo y medios de comunicación, donde plasma un comentario hacía los periodistas donde dice que los periódicos son asquerosos.
Eco es el claro ejemplo de la importancia del pensamiento crítico, el aprendizaje. Por último es muy importante destacar aspectos importantes que se mencionaron en esta entrevista fue el poder de las críticas, el rápido consumo de la información y como se toma esta para especulaciones, y la importancia y responsabilidad de un escrito en dicha sociedad.
MARIA ANDREA DORIA BUELVAS
ResponderEliminarLa entrevista proporciona una visión muy detallada y cercana de la vida y personalidad de Umberto Eco. Se destaca su aspecto excéntrico y su amplia biblioteca personal, así como su visión crítica sobre diversos temas, desde la política hasta la cultura actual. Se muestra como un hombre apasionado por la lectura, la escritura y la enseñanza, con un sentido del humor particular. La descripción de su casa y sus hábitos cotidianos resulta fascinante y revela mucho sobre su carácter y sus intereses. En general, se presenta a Umberto Eco como un personaje complejo y multifacético, con una perspectiva aguda y un enfoque crítico hacia el mundo que lo rodea.
Es una entrevista crítica y nos da un contexto de lo que vive la sociedad actualmente. En cada parte de la entrevista hecha al escritor Umberto Eco se ven reflejadas una serie de preguntas donde el da su punto de vista crítico respecto al tema en particular y me llamó mucho la atención la parte donde le preguntan sobre si es cierto que se puede engañar diciendo la verdad y la otra parte de la entrevista que también me gustó fue donde habló acerca de los eruditos de hoy, no es nada que esté fuera de la realidad, es lo que diariamente vivimos. En las noticias se nos puede persuadir con spoiler de una noticia en desarrollo siempre y cuando se trate de algo malo que pueda poner en jaque a cierta persona, lo que quiere decir que se juega con la reputación de una persona con el simple hecho de divulgar su nombre y exponerlo en las noticias para que los televidentes estén atentos a lo que viene después y vemos pues como se da eso que menciona el señor Eco sobre cómo se juega con las noticias a través de la especulación. Unido a esto que también nos engañan con la verdad como lo contaba Eco, y esto es un problema serio al que hay echarle lupa y no tragar entero cuando se nos esté informado en el noticiero sobre cierta noticia que si miramos y analizamos críticamente podría ser de dudosa procedencia. Finalizo diciendo que el leer cada parte de la entrevista fue y se sintió genial fue muy interesante mirar lo que opina Eco sobre diversos temas y en particular me gustó mucho la precisión que hace sobre el aula de clases y lo que sus estudiantes a través de las preguntas le permiten analizar para su próxima escritura sobre determinado libro. Es así como en la facultad de Derecho, en las aulas de clase de Derecho están los aportes que soportan el análisis crítico a la vida jurídica que se ve reflejada en los textos normativos.
ResponderEliminarValentina correa Causil
ResponderEliminarEsta entrevista nos transporta en el tiempo donde nos habla un punto de vista desde diversos temas, nos muestra su amplia manera de ver desde un mismo tema pero en diferentes ámbitos cotidianos, pero todo se basa en sus experiencias y enseñanza bajo una crítica constructiva hacia una realidad vivida. Gracias a sus críticas podemos ver sus aportes por medio de obras, donde su visión es de una persona que ama lo que hace y la enseñanza que propone por medio de la lectura y escritura que con esto podemos hacer un análisis crítico teniendo muestra propia perspectiva de cualquier tema
El retrato íntimo que nos ofrece esta entrevista con Umberto Eco revela la complejidad y la fascinación de un hombre cuya vida ha estado marcada por una profunda conexión con el mundo de las letras y el pensamiento. Eco, reconocido semiólogo y novelista, nos sumerge en su mundo personal y creativo, donde la literatura, la filosofía y la historia convergen de manera única.
ResponderEliminarDesde sus primeros recuerdos de infancia en medio de las guerras europeas hasta su incursión en el mundo de la televisión y la creación literaria, Eco nos brinda una visión profunda de sus influencias y motivaciones. Su pasión por la lectura desde una edad temprana, influenciada por la figura de su abuelo y su abuela, muestra cómo el amor por los libros y la narrativa se arraigó profundamente en su ser desde sus primeros años.
La dualidad entre su faceta académica como semiólogo y su éxito como novelista es palpable a lo largo de la entrevista. Eco, con su característico humor y perspicacia, aborda temas tan diversos como la manipulación de la verdad en los medios de comunicación, la hiperespecialización en la sociedad contemporánea y su visión crítica de la política italiana.
Su trabajo como guionista de televisión y sus reflexiones sobre el estado actual de los medios de comunicación revelan una mente inquieta y siempre en búsqueda de nuevas formas de expresión. Además, su compromiso con la enseñanza y la transmisión del conocimiento a través de sus clases y su obra académica demuestran su profundo respeto por la educación y el intercambio intelectual.
En última instancia, Umberto Eco emerge como un hombre cuya vida está dedicada al entendimiento del mundo a través de las palabras y los símbolos.
Valentina Cuava Julio
Jesús Andrés Ojeda Quiñones.
ResponderEliminarLa entrevista que le hicieron a Humberto Eco fue un erudito incansable con contribuciones significativas en semiótica y literatura. Su capacidad para fusionar teoría y narrativa es impresionante, dejando un legado duradero en el análisis cultural y la comprensión del signoAdmiro cómo Eco exploró la intersección entre el pasado y el presente, fusionando historia y ficción con maestría en obras como "El nombre de la rosa". Su perspectiva polifacética y su profundo conocimiento enriquecieron el panorama intelectual y Literario habilidad de Humberto Eco para desentrañar complejidades culturales y lingüísticas, combinada con su aguda crítica a la posmodernidad, sigue siendo relevante. Su legado perdura como un faro intelectual que ilumina la comprensión profunda de la sociedad y la comunicación.
Julián José Montiel Perdomo
ResponderEliminarEs interesante ver la perspectiva del autor sobre su proceso creativo y su entorno de trabajo. Parece que Umberto Eco disfruta de la libertad y la inspiración que encuentra en lugares tranquilos como su casa del campo. Su enfoque más fluido y menos estructurado para escribir es fascinante, especialmente en contraste con otros autores.
La historia de Umberto Eco nos muestra que cada persona tiene un enfoque único y personal para su trabajo creativo. Su libertad y flexibilidad en su proceso de escritura nos recuerda que no hay una única forma de alcanzar el éxito en cualquier campo, incluyendo la escritura. Además, su capacidad para reinventarse a lo largo de su carrera nos inspira a no temer a los cambios y a seguir explorando nuevas facetas de nosotros mismos.
Ibeth ramos cabrales
ResponderEliminarLa entrevista ofrece una mirada profunda e interesante al pensamiento de uno de los intelectuales más importantes del siglo XX, Se abarcan temas de gran interés como la fascinación de Eco por la Edad Media, su visión del mundo actual y sus opiniones sobre la tecnología, la cultura popular y la política.
Eco demuestra su vasto conocimiento y su capacidad para explicar ideas complejas de manera sencilla y accesible. La entrevista invita a la reflexión sobre el mundo en que vivimos y los desafíos que enfrentamos.
Lo que podría mejorar La entrevista es bastante larga y podría resultar un poco tediosa para algunos lectores. En algunos casos, las preguntas no profundizan lo suficiente en las respuestas de Eco, lo que deja algunas ideas sin explorar a fondo. Pero en general, la entrevista a Umberto Eco en la Revista BOCAS es una lectura valiosa para cualquier persona interesada en la cultura, la historia, la filosofía y las ideas. La erudición, la claridad y la visión crítica de Eco la convierten en una fuente de conocimiento y reflexión.
Arnold Cuesta Llorente
ResponderEliminarEs una entrevista fascinante sobre la vida de Umberto Eco, llena de lecciones y logros literarios. En las entrevistas quedó claro que uno de los aspectos más sorprendentes de la vida de Eko es su dedicación al aprendizaje y la enseñanza. Además de su trabajo académico, Eko también participó con éxito en el campo de la escritura.
Un aspecto que me llama la atención es el enfoque de Umberto en el impacto de la tecnología y los medios en la sociedad. Entendió cómo la tecnología ha cambiado la forma en que nos comunicamos, conectamos y consumimos información. Estoy de acuerdo con eso porque ahora estos medios solo están creando especulaciones.
Por otro lado, la entrevista anterior me pareció muy interesante porque la vida de Umberto Eco mostró la importancia del pensamiento crítico, la creatividad y la pasión por aprender. A modo de reflexión el Sr. Eco es una valiosa oportunidad para que aprendamos, reflexionemos y enriquezcamos nuestra comprensión del mundo y de nosotros mismos. Son una ventana a las mentes de grandes pensadores y pueden inspirarnos a explorar nuevas ideas y perspectivas en nuestras propias vidas.
Esta entrevista con Umberto Eco ofrece una fascinante visión del renombrado escritor italiano, tanto de su vida personal como de su perspectiva sobre la literatura, la política, los medios de comunicación y la sociedad contemporánea en general.
ResponderEliminarEco emerge como una figura multifacética, que combina su erudición académica con su habilidad para contar historias y su aguda percepción de los acontecimientos sociales y políticos. Su capacidad para abordar temas tan diversos como la semiótica, la literatura, la política y los medios de comunicación demuestra su amplitud de conocimientos y su agudeza intelectual. Además, su estilo conversacional y su humor sutil hacen que la entrevista sea accesible y atractiva para el lector. Eco comparte anécdotas de su infancia, reflexiona sobre su carrera como escritor y ofrece opiniones perspicaces sobre temas actuales, como la influencia de los medios de comunicación y el estado de la política contemporánea.
En resumen, la entrevista proporciona una visión íntima y perspicaz de Umberto Eco, revelando tanto su genio intelectual como su humanidad y sentido del humor. Es un testimonio del impacto duradero que ha tenido en la literatura y la cultura contemporánea.
WENDY DE HOYOS SUÁREZ
ResponderEliminarLa entrevista nos lleva a una magnífica visión de la vida cotidiana y el pensamiento de Umberto Eco, revelando aspectos íntimos y curiosidades sobre su personalidad y su vida. Eco aparece como un hombre apasionado por el conocimiento, con una memoria prodigiosa y una actitud muy amena hacia la vida y su trabajo. Su hogar, descrito como un caótico pero muy escrúpuloso organizado laberinto de libros, refleja su amor por la literatura y el aprendizaje constante.
La entrevista también podemos destacar el hecho de como toma figura la naturaleza creativa y poco convencional de Eco, quien confiesa escribir en lugares inusuales como el baño y encontrar inspiración mientras siente que nada ocurre. Su sentido del humor se hace evidente en sus respuestas ingeniosas y en las anécdotas que comparte, como la historia del autor italiano que simuló correcciones en un manuscrito para venderlo a una universidad.
Eco aparece como un hombre que, a pesar de su fama y éxito, mantiene una humildad y una pasión por el conocimiento que lo hacen profundamente admirable.