Veinte años atrás Alejo Durán se había ganado el primer Festival de la Leyenda Vallenata (1968). Tenía entonces 49 años y estaba en su época de oro, en la que no creía sino en él. Su producción musical era tan amplia como los compromisos adquiridos con las casas disqueras. Coronado Rey Vallenato, se dedicó a cumplir a cabalidad con la misión encomendada. Nunca fue rey de una noche, de cuatro canciones practicadas para el festival o de una presentación en tarima. Su presencia era solicitada en diversos escenarios del país y los reportajes en los periódicos se daban con frecuencia. De todas las ciudades de Colombia llegaban periodistas a Planeta Rica, donde residía, a indagar sobre su vida y su obra. Era un verdadero rey vallenato que componía canciones, las cantaba y ejecutaba el acordeón con su estilo inconfundible. Con el paso de los años el festival empezó a sufrir tropiezos en su organización y en la calidad de algunos participantes. Con contadas excepciones, los nuevos reyes esc...
Espacio de discusión académica que apela a lo que comúnmente se repite en los pasillos de las escuelas de derecho “el que sólo sabe de derecho, nada sabe de derecho”; será un cenáculo de conversación a veces de noticias de actualidad, música, arte, opiniones diversas entre otros, donde se permita pensar el derecho