Por: William Ospina | Elespectador.com Matar en nombre de Dios en una vieja costumbre. Ese dios no es el dios del amor que predicó Cristo, ni el Dios que es el Universo según Spinoza, ni el dios hospitalario de los musulmanes, ni el dios que es hermano de sus criaturas, como quería Francisco de Asís, ni el dios amoroso de los místicos, ni el dios intelectual de la Cábala o de Tomás de Aquino. Es el viejo dios de los ejércitos, que predicaban las religiones del libro, y que sigue tan vivo como hace diez siglos. Los gobernantes cristianos de hoy no sólo tienden a olvidar a su dios pacifista sino a olvidar todo lo equivocado que antes hicieron en su nombre. Olvidan el proceso que siguió el cristianismo para imponerse sobre Occidente. Aprovecharon la tolerancia religiosa de Roma para abrirse camino, pero se volvieron una religión intolerante al acceder al poder. Libraron guerras contra todos los dioses e impusieron el culto al dios único. Pasaron de las guerras contra l...
Espacio de discusión académica que apela a lo que comúnmente se repite en los pasillos de las escuelas de derecho “el que sólo sabe de derecho, nada sabe de derecho”; será un cenáculo de conversación a veces de noticias de actualidad, música, arte, opiniones diversas entre otros, donde se permita pensar el derecho