Alberto Benegas Lynch (h) dice que "No es comprensible la actitud que encierra una soberbia ilimitada de quienes condenan el [suicidio] como si fueran parte de una especie de Tribunal Supremo sobrehumano, infalible e inapelable (en lo personal esa gente me infunde miedo)". Es en verdad triste y muy lamentable que alguien decida voluntariamente quitarse la vida puesto que el haber nacido constituye un privilegio y brinda la posibilidad de realizar contribuciones para que el mundo sea un poco mejor aunque resulte en una dosis milimétrica y, sin desconocer los costos inherentes a la vida misma, permite sacar partida de la extraordinaria experiencia vital. Una secuencia sin solución de continuidad de nuevos y renovados proyectos que dan color y sentido a la vida tal como, entre otros, ha explicado reiteradamente Viktor Frankl, lo cual la convierte en una aventura que abre muy fértiles avenidas. Si nos abstenemos de una arrogancia superlativa e impropia, frente a un acontec...