Cuando hace cuatro años el gobierno Santos aceptó que el conflicto era político, creímos que venían en marcha las soluciones políticas correspondientes. Pero la vieja dirigencia sabe que la paz verdadera resulta costosa en términos sociales: que exigirá no sólo cuantiosas inversiones, sino darle al pueblo un protagonismo que aquí nunca ha tenido. Todo esfuerzo por dar al pueblo un lugar en la historia, desde los proyectos de José María Melo, de los liberales radicales y de Jorge Eliécer Gaitán, hasta los proyectos también frustrados de Rojas Pinilla, de Alfonso Barberena o de Camilo Torres, fueron vistos con terror por una dirigencia para la que este es “un país de cafres”, el pueblo en el poder un sinónimo de barbarie, y la igualdad un señuelo para atrapar incautos. Colombia es un negocio privado en el que los ciudadanos estorban. Juan Manuel Santos quiere la paz, pero una paz que no le cueste nada a la dirigencia. Temo que no le duele la guerra porque en ella mueran muchos ...
Espacio de discusión académica que apela a lo que comúnmente se repite en los pasillos de las escuelas de derecho “el que sólo sabe de derecho, nada sabe de derecho”; será un cenáculo de conversación a veces de noticias de actualidad, música, arte, opiniones diversas entre otros, donde se permita pensar el derecho